El pasado 15 de marzo, el presidente de la República, Gustavo Petro, habló por primera vez de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, si sus reformas sociales no lograban salir victoriosas en el Congreso, donde han sufrido serios tropiezos. Desde entonces, el mandatario comenzó a moldear una idea que por momentos matiza y camufla de asambleas populares, pero que en los últimos días parece despejar mucho más, aunque sin el respaldo suficiente.
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La nueva opción que planteó, con el respaldo de quien era su canciller, Álvaro Leyva, fue valerse del Acuerdo de Paz suscrito con las Farc en 2016, para abrirle camino a los cambios que plantea y que están en juego.
Una idea que de inmediato levantó ampolla y con la que, además, logró lo imposible: poner de acuerdo a cuatro expresidentes, Ernesto Samper, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque, quienes coincidieron en que esta opción no solo es inviable, sino una salida en falso del Gobierno.
Pero ayer, en medio de la controversia, el jefe de Estado decidió ir más allá y finalmente habló de frente sobre su propuesta, advirtiendo que llegó la hora de que el Congreso de la República asuma un papel histórico y tramite la convocatoria de dicha asamblea, pues, de lo contrario, “el poder constituyente, tarde que temprano, lo hará”.
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“La Constitución, como el Acuerdo de Paz con las Farc, vuelto declaración unilateral de Estado ante la humanidad, como el incipiente primer acuerdo con el Eln, que se enfrenta incluso con el Eln, establecen todos un acuerdo político nacional, para definir por fin el camino de salida definitiva de la violencia”, dijo.