En medio de la puja que se ha desatado en Cúcuta por la accidentada intervención de la Caja de Compensación Familiar de Norte de Santander (Comfanorte), esta semana se conoció un pronunciamiento por parte de la Defensoría del Pueblo en el que le hace un llamado de atención a la Superintendencia del Subsidio, por cuenta de este tipo de medidas cautelares.
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El titular de esa entidad, Carlos Camargo Assis, manifestó, por medio de una declaración a la prensa, que hay inquietud porque a la fecha son 11 las cajas de compensación intervenidas por el Gobierno Nacional, sin que exista un debido proceso sancionatorio previo.
Además, aseguró que en este tipo de procedimientos no se está cumpliendo tampoco con el carácter estrictamente provisional y temporal que deberían tener, con el ánimo de que dichas intervenciones se limiten hasta el momento en que se cumpla con los planes de salvamento.
“Al no tener un parámetro temporal definido en la ley, vemos con preocupación cómo las medidas cautelares se vienen prorrogando de manera indefinida. De hecho, son varias las cajas intervenidas y algunas de ellas completan desde seis hasta 11 años en el proceso, como Comcaja, Comfacor, en Córdoba, y Comfamiliar, en Cartagena”, señaló Camargo.
El defensor del Pueblo hizo énfasis en un aspecto en particular que se viene dando también como parte de esas intervenciones y es que la Superintendencia termina adoptando decisiones que tienen un ánimo definitivo, como separar a los órganos de dirección de las cajas, es decir, a sus directores administrativos y miembros de los consejos directivos, “sin que conozcan los cargos que les imputarían y sin mediar un verdadero derecho a la defensa, con lo cual afectan sus derechos al trabajo y al buen nombre”.
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Este argumento de Camargo Assis es el que justamente sustentó el desvinculado director de Comfanorte, Oscar Guillermo Gerardino Astier, en la tutela que interpuso contra la medida de intervención administrativa total que sufrió la entidad desde el pasado 30 de abril y que lo dejó por fuera del cargo.
Gerardino asegura que, con la orden de intervenir la entidad y la decisión de apartarlo de la dirección administrativa, se vulneraron sus derechos fundamentales al debido proceso administrativo, trabajo digno, dignidad humana y buen nombre.
En ese sentido, pidió que además de tutelar sus derechos se tomaran medidas inmediatas, puesto que las razones que se tuvieron en cuenta para decretar la intervención atentan contra sus derechos constitucionales y “se constituye en una vía de hecho”. Un juzgado de Cúcuta le dio la razón y terminó suspendiendo la actuación de la Supersubsidio, pero él no fue reintegrado al cargo.
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