El contrabando de carne en el área metropolitana de Cúcuta ha mutado tantas veces como lo han querido las bandas que están detrás de ese delito. Todo por el acoso que les tienen las autoridades a lo largo de la frontera y, en especial, por las trochas que unen a Colombia y Venezuela.
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Lo que se sabe de la forma en que se está moviendo ahora este delito dista mucho de lo que ocurría antes de la pandemia y el año pasado, cuando desde Venezuela ingresaba por trochas carne en canal de res y de cerdo empacada en bolsas de plástico, que luego era transportada escondida en los baúles de automóviles hasta los centros de abastos locales.
Ahora la cosa es distinta, dice el comandante de la Policía Fiscal Aduanera de Cúcuta, mayor Julián Monsalve, quien reveló a La Opinión que el delito mutó y ahora se pretende ingresar carne a Cúcuta y el área metropolitana procedente de mataderos clandestinos y de plantas de sacrificio de otros departamentos, “ya no de Venezuela a Colombia”.
Esta afirmación contradice lo expresado por fuentes del Táchira cercanas a los productores de carne bovina, en el sentido de que ahora la carne de res de contrabando es enviada a Cúcuta en ganado en pie, que luego es sacrificado en mataderos clandestinos, eludiendo las plantas de beneficio formales que existen en el área metropolitana.
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Otra revelación que hicieron voceros de la Federación de Productores de Cerdo de Venezuela, capítulo Táchira, es que a Venezuela está ingresando por trochas, procedente de Colombia, unos 100 mil kilos de carne de cerdo en canal de contrabando.
El comandante de la Polfa señaló que en efecto, antes se producía el ingreso de carne (procedente de Venezuela) en canal, empacada en bolsa.
“Ahora lo que encontramos es que hay mucho sacrificio ilegal, no están usando las plantas de sacrificio legales, esto se ha notado”, dijo el oficial.
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Esto lo estamos atacando, dijo el mayor Monsalve, quien reveló que el delito se da en condiciones fitosanitarias lamentables, porque no se conserva la cadena de frío del producto y ni qué decir de la manipulación que se da en condiciones de insalubridad que atenta contra la salud pública (ver recuadro).
Andrés Hoyos, vocero del gremio ganadero y agropecuario de Norte de Santander, dijo que el contrabando de carne en esta frontera es un flagelo de muchos años en Norte de Santander.
Hoy está entrando algo en canal pero de muy mala calidad y en condiciones sanitarias deplorables, dijo Hoyos.
Lamentó que en las plantas de sacrificio metropolitanas se quejan de no estar sacrificando lo suficiente. Afirmó que a Cúcuta está entrando carne de frigoríficos nacionales, lo cual va en contra de la economía formal que lideran los productores locales.
La representante de una de las plantas de beneficio en el área metropolitana, Frigofrontera, Luz Marina Criado, reveló que en esa factoría se tuvo un promedio de beneficio en julio de 32 reses al día y en agosto de 35 y 36 reses, “lo cual, frente a los promedios de meses anteriores, refleja que ha disminuido muchísimo (el sacrificio por culpa del contrabando.)”.
La empresaria dijo que esta situación afecta demasiado, sobre todo teniendo en cuenta las inversiones que se tienen que hacer para cumplir con los decretos de ley, y por la responsabilidad social que demanda la actividad con el personal vinculado y la parte tributaria, “porque el producto debe salir con la más alta calidad al mercado”.
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Las cifras reveladas por Criado demuestran que al mes se estarían sacrificando unas 960 reses en la planta que representa.
La Opinión conoció que el bajonazo en el sacrificio formal jalonado por el contrabando de carne es considerable si se compara con el sacrificio del año pasado cuando se alcanzaban registros de sacrificio hasta 1.400 reses mensuales.
Atentado a la salud
El comandante de la Policía Fiscal Aduanera (Polfa), mayor Julián Monsalve, indicó que los controles que se adelantan a diario para frenar el contrabando de carne es una tarea que involucra al Instituto Departamental del Salud, Secretaría de Salud de Cúcuta, el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, y la DIAN, tendientes a salvaguardar la salud pública de los consumidores de carne.
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El sacrificio clandestino de reses que nos estamos encontrando se da en condiciones fitosanitarias lamentables porque no conserva la cadena de frío y ni qué decir de la manipulación que se da en condiciones de insalubridad que atenta contra la salud pública.
Esto puede conllevar a que el perecedero esté impregnado de bacterias y llegue en condiciones irregulares para el consumo humano.
Quienes están detrás de ese sacrificio irregular dejan la carne a temperaturas ambiente de hasta dos días, lo cual sufre un proceso de descomposición más rápida y esto es lo que está consumiendo la gente que cree que compra más barato. Las bandas utilizan el sulfito para poder dar al producto apariencia de carne fresca, pero lo que consume la persona que compra es carne en descomposición. Con respecto a las aprehensiones del año 2021 y 2022, “este año por la dinámica hemos dado golpes buenos, superado la cifra del año anterior con un total de 40.820 kilos, equivalente a 579 millones de pesos”, reseñó el oficial.
100 kilos de cerdo semanales de contrabando envía Colombia a Venezuela
Más de 100.000 kilos de carne de cerdo importada desde los Estados Unidos hacia Colombia, a través del convenio de Libre Tratado de Comercio (TLC), está ingresando semanalmente a Venezuela a través de las trochas que unen a Táchira con Norte de Santander, justo cuando la carne está a punto de vencerse.
Los productores de cerdo del estado fronterizo de Venezuela comenzaron a notar el contrabando del rubro desde enero de 2022, pero mes a mes ha ido en aumento, al punto que la matanza de cerdos se redujo a la mitad, es decir, de 1.000 cabeza de cerdo que mataban para el consumo en el Matadero Municipal de San Cristóbal, solo están sacrificando 500 semanalmente.
Yuvan Rosales, presidente de Porcina Táchira, expuso que el cerdo que se está triangulando hacia Venezuela de manera ilegal, ingresa al país violando todos los parámetros de bioseguridad, cadena de frío, con el agravante que es una carne que tiene entre tres y cuatro años de congelación, y que cuando ya está a punto de vencerse la envían a los estados fronterizos y regiones centrales de Venezuela.
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Detalló que esta carne llega sellada al vacío y tiene un sabor, color y aspecto diferente, que está siendo utilizada para los embutidos, y en algunas carnicerías la están vendiendo como carne fresca a precios por debajo de lo que cuesta el kilo de cochino que se produce a nivel regional.
“Esa carne que no sale en Colombia porque hay toda una política del gobierno con el sector colombiano porcicultor, en donde se atiende al productor y hay una campaña de consumo de cerdo, entonces esa carne que está a punto de vencer se remata”, refirió Rosales.
Ante esta situación, hace un mes Porcina Táchira denunció ante los representantes del gobierno regional sobre este particular, a fin de que las autoridades competentes intervengan en el contrabando de carne, pero hasta la presente fecha no han obtenido respuestas y siguen transcurriendo grandes cantidades de carne de cochino.
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Es por ello, que los productores porcinos del estado Táchira están resultando afectados por este contrabando, ocasionando que disminuya la cría de cerdos y muchos están teniendo que emigrar a otros mercados del país para poder vender la cría, además, también está incidiendo en la baja del precio del kilo de carne porcina de la producción local.
“Tras de que es una actividad muy desventajosa por los altos costos de producción que tenemos, eso nos ayuda más a hundir, la situación es preocupante porque la actividad desaparece cada vez más en el país”, contó el presidente de la Federación Porcina.
El costo de producción de un kilo de cerdo está al alrededor de 2.7 dólares, pero el precio en el que están vendiendo la carne de contrabando es por debajo del monto de costo, cerca de, 14.000 pesos por kilo; entonces, los productores al ver que están obteniendo pérdidas, prefieren retirarse, en vista que el kilo de carne de cerdos criados en Venezuela se ubica en 20.000 pesos.
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“Ese tipo de falta de control en la frontera y el ingreso de este tipo de alimentos perjudica notablemente al productor nacional, al que está aquí esmerándose día a día para tratar de mantener el abastecimiento soberano, beneficiando a economías foráneas”, puntualizó Rosales.
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