¡Qué calor! es la expresión recurrente entre los habitantes de Cúcuta por estos días, cuando las altas temperaturas superan los registros habituales en la ciudad -calurosa la mayor parte del año- poniendo los termómetros a punto de estallar.
Los expertos creen que esto se debe a que en la actualidad se está presentando una transición donde se va reduciendo la cantidad de agua que cae por efectos del fenómeno de La Niña, caracterizado por temporadas prolongadas e intensas de lluvias, y se va aumentando la época seca hasta que se ponga en su punto crítico el temido fenómeno de El Niño.
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Édgar Rodríguez, profesor de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), explica que “ya estamos afrontando el fenómeno de El Niño, que se ve más reflejado en zonas costeras dónde las altas temperaturas están causando problemas intensos de evapotranspiración y de bajos niveles de las fuentes hídricas y sensación de calor cada vez más alto”.
En esto coincide Carlos José Ibarra Rodríguez, subgerente general de la Empresa de Servicios Públicos, EIS Cúcuta, manifestando que este fenómeno marca un periodo de tiempo que no está establecido aún por los científicos, que se sabe es cíclico y su duración depende de muchos factores, que inclusive algunos están por fuera del manejo de los humanos como el comportamiento de las manchas solares y otras variables que afectan el clima. “Es un fenómeno global de cambio climático que puede ser un grave problema si todos no nos preparamos para enfrentarlo”, subraya.
Ibarra sostiene que está pronosticado que se viene un cambio en el comportamiento del clima con un nuevo capítulo de El Niño, “que como todos saben lo que trae son épocas de más calor, más verano, reducción de la producción de agua en las cuencas, riesgos en la montaña, en el páramo incluso debido a la presión que se ha venido dando en esos pisos térmicos porque los cultivos han ido ascendiendo, algunos en atención de garantizar el clima adecuado para ellos”.
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Agrega que la suma de estos efectos inciden de una u otra forma en la producción de agua, junto con la deforestación y los incendios forestales que suelen ocurrir en tiempos de mayor sequía, lo que puede ser grave, por ejemplo para la zona nororiental del país, donde se produce el líquido vital que se consume tanto en Bucaramanga como en Cúcuta, toda vez que ahí se localiza el Páramo de Santurbán y los demás subpáramos que están alrededor del mismo, y las zonas de bosque tropical húmedo y bosque tropical seco.
Las malas prácticas agrícolas con cultivos en alta ladera sin las contenciones adecuadas, haciendo que la cobertura vegetal se pierda y sea arrastrada la parte sólida de la montaña en épocas de lluvia, debilitando el suelo que no retiene el agua suficiente para que se cumpla una función de la naturaleza, que se llama regulación hídrica.
“Si no se protege, no se cuida la montaña con la siembra de la capa vegetal adecuada, la protección de los bosques cada día se verá comprometida y por consiguiente la producción de agua y la continuidad de los servicios de acueducto para los asentamientos humanos en ciudades y pueblos”, dijo Ibarra.
El profesor Édgar Rodríguez por su parte, dice que uno de los principales sectores de la economía que se vería afectado por El Niño es la agricultura, porque las condiciones de extrema sequía hacen que la producción de alimentos se vea amenazada, tanto en su cantidad como en su calidad, lo que podría causar desabastecimiento. Así mismo, brote de enfermedades en animales, incluida la zoonosis, una situación compleja a nivel animal, y algunas patologías que pueden ser transmitidas por los alimentos.
El acontecimiento global de cambio climático es ampliamente investigado por la comunidad científica, coincidiendo en que El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), es un fenómeno climático caracterizado por el aumento anormal de las temperaturas del océano, en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial.
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Se trata de un evento de naturaleza marina y atmosférica, que se genera cada ciertos años, con una intensidad que tiene que ver al grado de calentamiento y al tamaño del área afectada, dado que El Niño cubre grandes extensiones de la tierra, incidiendo en el clima de diferentes regiones del planeta, entre ellas el norte de Suramérica, incluido Colombia.
El Niño en el país registra graves efectos en el norte de la región Pacífica, departamentos de la región Andina y Caribe, influyendo en el clima, con una marcada disminución de las lluvias con respecto al promedio histórico mensual y el aumento de las temperaturas del aire, en las regiones Caribe y Andina.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), anunció desde abril la llegada de un nuevo episodio de El Niño, estimando una probabilidad moderada (60%) de formación de este evento climático, entre mayo y julio de 2023. La entidad prevé que esa probabilidad de formación de El Niño, aumente hasta el 70% durante los meses de junio a agosto. Es factible (70-80%) que el fenómeno persista hasta el otoño del hemisferio norte (septiembre-diciembre de 2023).
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La Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) anunció el 8 de junio el inicio de El Niño, advirtiendo que “podría generar nuevos récords de temperaturas” en ciertas regiones.
Las noticias mundiales son poco alentadoras en este sentido, toda vez que el pasado martes 4 de julio de 2023, fue el día más cálido jamás registrado y esta semana la media global de las temperaturas rompió un récord por segundo día consecutivo, según datos publicados por el observatorio de meteorología estadounidense. La temperatura media del aire de la superficie de la Tierra fue de 17,18°C el 4 de julio, indicó la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
El lunes (3 de julio) la temperatura media global del día superó por primera vez los 17°C y fue de 17,01°C, un nuevo indicador del impacto en el clima de la quema de combustibles fósiles, aseguraron los expertos.
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La temperatura media global habitualmente sigue subiendo hasta finales de julio e inicios de agosto debido al verano boreal. Las temperaturas podrían subir aún más y marcar nuevos máximos debido al fenómeno de El Niño en el Océano Pacífico, que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU dijo el martes 4 de julio que acaba de empezar, según publicación de AFP.
Gobierno regional en alerta
En atención a los reportes emitidos por Ideam, la Gobernación de Norte de Santander mediante la Secretaría Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres, está coordinando y articulando con las Instituciones parte del Sistema Nacional de Riesgos en el Departamento, las capacidades institucionales y las acciones que cada uno desde sus competencias puede adelantar cuando se presenten situaciones referentes a temporada seca.
Así mismo, como estrategia de fortalecimiento institucional se harán jornadas de capacitaciones a las alcaldías municipales en la construcción y formulación de Planes por Temporada Seca y se adelantarán campañas para la sensibilización de la población sobre la temporada seca, según informaron de la administración departamental.
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