Desde 2015, cuando se cerró la frontera con Venezuela, Cúcuta tuvo que adoptar, casi que abruptamente, nuevas prácticas y aprender a tanquear en estaciones de servicio y no en pimpinas como era tradición. No fueron días fáciles, en el departamento escaseaban las bombas y hasta el combustible porque la gasolina y el ACPM ilegal era lo que abastecía casi al 90% del parque automotor de la región.
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De acuerdo con Jhon Olivares, secretario de Gestión Minero Energética Sostenible de Norte de Santander, en 2015, las estaciones de servicio no superaban las 15 en Cúcuta y el área metropolitana y el cupo de combustible exceptuado para el departamento por ser zona de frontera no superaba los 3 millones de galones, que era suficiente, en ese momento, para solventar los gastos de los carros de las entidades que no podrían hacerlo con el contrabando.
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Sin embargo, al desaparecer el combustible de contrabando, se tuvo que acudir al combustible nacional y fue ahí donde se descubrió que ni las estaciones, ni el cupo asignado para Norte de Santander era suficiente. Desde ese momento y hasta ahora se han hecho una serie de ajustes por parte del Gobierno Nacional. Actualmente, el departamento tiene un cupo de 11 millones de galones de combustible exceptuado ($7.261 el galón), es decir, con un valor menor que el precio nacional.
Pero no parece ser suficiente, ese combustible solo alcanza para los primeros 20 días del mes, para los siguientes, los cucuteños tiene que hacerlo con el precio nacional, que es de $8.991 y a veces se vende a más de $9.000 el galón.
Santiago Soto Luna, abogado especialista en derecho minero energético y exdirigente de Fendipetróleo en Norte de Santander, asegura que “nos debemos preparar para que quiten ese cupo exceptuado porque no veo la voluntad política de ampliarlo. Adicionalmente, la gasolina exceptuada también tiene su fundamento en la llamada Ley de Frontera, como incentivo a estas zonas para dinamizar su economía y, si bien lo logra, al quedarse corto de cupo se está volviendo un foco de conflicto y malestar en los usuarios al no alcanzar para todo el mes”.
Insuficientes
Actualmente, en Norte de Santander hay 189 estaciones de combustible, un número que ha ido creciendo y que se ha vuelto atractivo para nuevos mayoristas. Sin embargo, el cupo es el mismo.
Jhon Olivares, secretario de Gestión Minero Energética Sostenible del departamento, asegura que el consumo de la ciudad creció y lo que hay se queda corto.
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“En carros particulares tenemos aproximadamente unos 400.000 vehículos que requieren unos 12,8 millones de galones al mes, tenemos 8.800 taxis circulando en Cúcuta y su área metropolitana que requieren un millón de galones y unas 1.200 busetas que necesitan 1,5 millones de galones, es decir que ahí, mal contados, ya van 15,3 millones de galones y tenemos asignados 11 millones”, explicó Olivares.
El funcionario dijo que en los últimos dos meses el consumo en Norte de Santander ha estado en 17 millones de galones.
Sobre el crecimiento que han tenido las estaciones de servicio y que ha despertado comentarios de los usuarios que aseguran que se da es para fomentar el contrabando hacia el vecino país, Oliveros explicó que para satisfacer la demanda de vehículos en Cúcuta se necesitarían el doble de las estaciones que hay y que eso no fomenta el contrabando sino dinamiza el mercado y le permite al departamento recuperar un impuesto que años atrás no se tenía.
Explicó que del total del combustible exceptuado un 3% es objeto de contrabando. Es decir que unos 330.000 galones no llegan a ser usados por los ciudadanos.
Aseguró que junto con la Policía Fiscal y Aduanera hacen monitoreo cada 12 horas por las estaciones para hacer un mayor control.
“La cantidad que se desvía hacia el contrabando es grande y trabajamos en mermarla, los carros que se encuentren con tanques arreglados son objeto de chatarrización, también hacemos un trabajo de concientización con los trabajadores de las estaciones, sin embargo, ese no es el problema principal del combustible en Cúcuta”, dijo Oliveros.
Y contó que dentro del planteamiento que han hecho para la ampliación del cupo, proponen poner un chip que permita identificar hace cuánto y en qué estación se abasteció y de esta manera tener un control más específico.
De acuerdo con Oscar Gerardino, secretario de Hacienda de Norte de Santander, en 2021, a corte del 31 de octubre, el combustible le ha dejado a la región $12.635 millones por sobretasa de gasolina y 14.781 millones por ACPM, logrando un incremento del 50% en comparación con el mismo periodo de 2020. Así mismo, contó que la meta de cumplimento en recaudo para ambos combustibles ya ronda el 100%.
“Necesitamos que aprueben más, el Ministerio de Hacienda y de Minas tienen hasta inicios de diciembre para dar una respuesta a las solicitudes que hemos hecho y confiamos en que sea positiva, pero de no ser así, tendremos que volverles al explicar que no es un capricho sino una necesidad”, sostuvo Oliveros.
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Soto recuerda que el que haya más estaciones no quiere decir que no vaya haber combustible, pues este siempre habrá. “Se debe tener claro que con la entrada de nuevas estaciones no hay mayor cupo, existe es una redistribución del mismo lo que genera que se les reduzca el cupo a las estaciones ya existente”.
Y recordó que “el aumento de la construcción de estas estaciones es debido a que los empresarios de la región se han dado cuenta de que la demanda está mucho más alta de lo que pensábamos y la oferta no está atendiendo esa demanda; sin embargo, estos son negocios de inversiones altas con paciencia en su retorno”.
Dos posibles soluciones
Ante la situación, el abogado especialista en derecho minero energético Santiago Soto Luna plantea lo siguiente:
- Unirse las entidades, líderes gremiales y demás actores políticos que quieren capitalizar la solicitud del aumento de cupo y concederle la facultad al Gobernador de solicitar ese aumento. La Ley de Fronteras le permite hacer la solicitud cuando haya cambios en la dinámica territorial; el argumento del cambio económico y social, lo tenemos, nos falta más gestión, todos en bloque con un solo objetivo, y no como hasta ahora sucede, cada quien desde su trinchera.
- Desmontar la excepción que tiene la gasolina en zonas de frontera que está generando cierta desigualdad entre una estación y otra, y que todos paguemos a precio nacional, pero con la condición de que ese excedente pagado a la nación sea retornado al departamento en inversión de infraestructura y gasto social, recordemos que lo que deja de percibir la nación por la excepción del combustible vendido en el Norte de Santander asciende a más de $200.000 millones.
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