En las paredes de la memoria de la vieja guardia aún permanecen intactas como cuadros gigantes las imágenes del cable aéreo que unía a la Hidalga Villa de Caro con el río grande de la Magdalena.
Inolvidables faenas recuerdan los protagonistas quienes tuvieron la dicha de utilizar ese medio de transportes que impulsó el progreso y desarrollo de los años treinta en el siglo pasado.
Muchos inmigrantes, especialmente los sirio-libaneses, quienes tomaron la ruta fluvial se encontraron con esa estructura en Gamarra, por curiosidad abordaron el medio de transportes, llegando a Ocaña y se quedaron para siempre.
De esa manera, hicieron grandes aportes a la economía de la región creando empresas de gran relieve a nivel regional e implementando el sistema de crédito.
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Jesús Casanova, historiador de Ocaña, comenta que los recursos para el cable aéreo surgieron de la indemnización por 25 millones de dólares que Estados Unidos le dio a Colombia por la pérdida de Panamá, los cuales una gran parte se utilizó para infraestructura.
El cable aéreo entre Ocaña y Gamarra tiene su auge a comienzos de 1930 y terminó a finales de 1947,al darse plenamente el tránsito vehicular entre Aguachica y Ocaña, cuya carretera se inauguró el 15 de julio de 1947. También influyó que era un medio de transporte que tardaba bastante entre viaje y viaje, pero en su funcionamiento fue algo fundamental porque permitió comunicar la provincia con el resto del país.
Casanova comentó que el cable aéreo, en su época fue de gran importancia ya que permitió el intercambio de producción, las provincias en su momento fueron autosuficientes, no tenían necesidad de las cuestiones de afuera porque en contaban con sus fábricas, imprentas, semanarios y lo fundamental para vivir.
El historiador recordó que ese sistema de movilidad terminaba donde estaban las antiguas instalaciones del colegio Técnico Industrial, en este lugar llegaban los vagones, estos eran para pasajeros y para cargas.
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Los vagones tenían su dificultad ya que pasaban relativamente bajos con el nivel del suelo y era un problema, ya que las tierras donde circulaba la infraestructura eran de campesinos que la preparaban quemándolas para la producción de arroz, por lo que en más de una oportunidad generaron accidentes por las llamas que alcanzaban a los vagones.
El cable aéreo termina su funcionamiento por varios motivos, entre esos están la construcción de la carretera entre Ocaña y Aguachica, los accidentes que causaba, los tardados viajes de casi 7 horas entre provincias, se volvió antieconómico. Así lo manifestó Casanova.
De igual forma, la estructura jugó papel importante para la llegada de los inmigrantes, especialmente los procedentes de siria y Líbano quienes encontraron el ambiente propicio para el asentamiento en esta zona dando otra dinámica al movimiento comercial.
La esencia del proyecto
El Cable o funicular aéreo es un sistema de transporte que opera mediante vagonetas y se mueven a través de un cable de acero, entre torres metálicas de variada altura. Ejemplos actuales de este medio, los encontramos en Bogotá con el teleférico que conduce hacia el cerro de Monserrate y el Metrocable de Medellín, manifiesta el presidente de la Academia de Historia de Ocaña, Luis Eduardo Páez García.
El Congreso de Colombia, mediante Ley 69 de 1923, ordenó la construcción de un cable aéreo entre Cúcuta y el río Magdalena, después de haber fracasado varios proyectos carretearles y férreos para unir la capital nortesantandereana con el principal arteria fluvial del país. Dificultades presupuestales y políticas hicieron que la obra sólo se terminara entre Gamarra y Ocaña.
Con relación a esta obra de ingeniería, el historiador Justiniano J. Páez, en su poco conocida Monografía de Ocaña, publicada en la Guía de Turismo del departamento Norte de Santander, en 1934, hace las siguientes anotaciones: El doctor González Concha, Miembro de la Comisión de Ingenieros para el estudio del trazado, explicó al Ministro Doctor Villegas: “Trayecto recorrido presenta tipo clásico para instalación Cable, especialmente cordillera”. Entrevistado por un repórter de la prensa local, se expresó así: “Las rugosidades de la cordillera que, como usted puede verlo, son muchas y muy fuertes, hacen que las carreteras y los ferrocarriles tengan que apelar a grandes desarrollos, fuertes pendientes, que aumentan el trayecto por recorrer y por lo tanto el costo inicial, el de conservación y los fletes; estas rugosidades vienen a convertirse, al tratarse de un sistema de transporte como el Cable, en elementos de economía y en auxiliares de la instalación".
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“Terminado el trazado y los perfiles, el Ministerio ordenó inmediatamente la construcción del Cable Aéreo, en 1925, bajo la hábil dirección del sabio ingeniero inglés Mr. James F. Lindsay, cuya grata memoria quedó vinculada a una obra de tanta trascendencia. Notorio como fue el interés que se tomó el doctor Villegas por la realización del Cable, la Municipalidad de apresuró a dejar constancia de su gratitud al progresista Ministro de Obras Públicas expidiendo el Acuerdo número 20 del 30 de julio de 1924, aprobado por el señor Gobernador, por el cual se dispuso que la calle 10 de la ciudad de Ocaña se denominaría en lo sucesivo “Calle Aquilino Villegas”.
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A la Avenida de “San Agustín” se le puso el mismo nombre como que ella empalma con la aludida calle diez, y por proposición aprobada con fecha del 17 de marzo de 1925 se dispuso señalar el día 22 de dicho mes, a la hora que lo determinara la Junta Patriótica, para la inauguración de la Avenida y de la calle “Aquilino Villegas”, a quien se le dio cuenta del hecho con el siguiente telegrama: “Presidencia Concejo Municipal.-Ocaña, marzo de 1925.- Ministro de Obras Públicas.-Bogotá- Honor comunicarle, Concejo, acuerdo Junta Patriótica, esta ciudad, dispuso solemne inauguración “Avenida Aquilino Villegas” para domingo 22 corrientes.
Inauguración del Cable Aéreo
La inauguración oficial del Cable Aéreo se llevó a cabo el 7 de agosto de 1929, en el primer sector Gamarra-Ocaña, el cual medía 46.910 metros, con asistencia de la dirigencia política del Norte de Santander y el departamento del Magdalena, representantes del Congreso y las autoridades eclesiásticas de la Diócesis de Santa Marta, la Prefectura de la provincia y la Alcaldía de Ocaña, así como delegados del Concejo Municipal y de alcaldes de la región.
Pocas horas antes de la apertura, se trasladó desde Santa Marta a Ocaña el señor Obispo doctor Joaquín García Benítez, a quien le correspondía la bendición de esta obra.
A las nueve de la mañana del día siete se sucedió la solemne inauguración del Cable, mediante la celebración de los actos señalados en el programa, comenzando por una misa campal, en que fue Preste el M.I. Vicario General, doctor Daniel Sánchez Chica, con asistencia del Prelado y del clero de la Vicaría foránea. García Benítez pronunció la oración laudatoria de la obra, en la que hizo el elogio del Director Técnico de ella, Mr. James F. Lindsay, ingeniero inglés, a cuyos esfuerzos y conocimientos se debe le feliz éxito de la magna Empresa, dejando plenamente satisfechas las aspiraciones del Gobierno y del público en general.
El discurso del Prelado fue larga y vivamente ovacionado. Ocuparon en seguida la tribuna, Carlos Daniel Lemus; y por designación del Cámara de Representantes y en comisión de los demás delegados de esta entidad, Alejo Amaya Villamil, por comisión especial de la Asamblea Departamental y en nombre de sus colegas de delegación, el doctor Roberto Delgado A.; Arturo Bueno, diputado y delegado. Mr. Lindsay fue condecorado por la Junta de festejos con una medalla de oro, que le entregó don Carlos Daniel Lemus en el acto.
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