Durante casi tres años, los familiares de Leidy Lorena Flórez Manrique y la Corporación Mujer, Denuncia y Muévete, lucharon en los estrados judiciales para que el vil asesinato de ella fuese catalogado como lo que era: un feminicidio.
Aunque el hecho se registró el 29 de agosto de 2017, en el barrio Sevilla, de Cúcuta, el Tribunal Superior del Distrito Judicial determinó, en 2020, que la condición de Leidy Flórez como mujer fue determinante para que Geovanni Alexis Ortiz cometiera este crimen, por lo que fue condenado a 47 años de prisión por feminicidio agravado. Cabe resaltar que en una primera instancia, el hecho había sido catalogado como homicidio.
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Es así como el caso de Leidy Lorena se convirtió en un fallo histórico y determinante en Norte de Santander, porque desde ese momento el acceso a la justicia ha sido más flexible si de crímenes contra las mujeres se trata, resalta Alejandra Vera, directora de la Corporación Mujer, Denuncia y Muévete
Ahora bien, la lucha no fue solamente en los estrados, pues las redes sociales se inundaron de comentarios sobre el caso, sacando a relucir la falta de conocimiento en un asunto tan crucial como es el de diferenciar el homicidio del feminicidio.
Según la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, el homicidio simple de una mujer no requiere motivación, mientras que el feminicidio sanciona la circunstancia de haber acabado con la vida de la víctima por su condición de mujer, es decir, por cuestión de género.
En este sentido, el feminicidio comporta no solo una vulneración a la vida, sino también la lesión a la dignidad humana, la igualdad, la no discriminación y el libre desarrollo de la personalidad de las mujeres.
Un homicidio es matar a una persona indeterminada y los móviles pueden ser distintos. Pero en el feminicidio se asesina a una mujer por el hecho de serlo, es decir, por despreciarla, considerarla inferior o como objeto de su propiedad.
Así vamos
Según las cifras que reposan en la Policía Metropolitana de Cúcuta, el año pasado fueron asesinadas 45 mujeres: correspondiendo dos a hechos considerados como feminicidio y 43 a homicidio.
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Mientras tanto, en lo corrido de 2024, dos mujeres han encontrado la muerte en forma violenta en la ciudad, ninguna de ellas por su condición de género.
“Belén y Ospina Pérez son las estaciones que más casos han atendido, por lo que implementamos unas actividades para adelantar en esos sectores con el fin de mitigar este tipo de violencia”, comenta la subintendente Yurley Medina, integrante de la Patrulla Púrpura.
La subintendente recuerda que en 2023 se llevaron a cabo alrededor de 160 campañas y actividades, logrando sensibilizar a 4.264 personas.
“El fin de todo esto es ofrecer protección, prevención y atención a las mujeres y familias de Cúcuta y el área metropolitana”, añade Medina.
La Patrulla Púrpura tiene priorizada la atención de algunos delitos como la violencia intrafamiliar, abuso sexual, lesiones personales, homicidios, feminicidios y ataques con agentes químicos.
Las penalidades
“La justicia de este país no sirve de nada, a una mujer la matan y el responsable queda libre”, es lo que comúnmente escuchamos tras una noticia de violencia contra la mujer.
En La Opinión consultamos a ‘Cristian Leal y Abogados Asociados – Defensas Penales’, para hablar sobre los procesos judiciales cuando se presenta cualquiera de estos casos.
Para Natalia Hurtado, abogada especialista en derecho procesal penal, la diferencia entre los feminicidios y homicidios, es significativa.
Actualmente, quien cometa un feminicidio simple debe pagar entre 250 a 500 meses de cárcel. En el caso de un feminicidio agravado, entre 500 a 600 meses.
“Hay que decir que los condenados por este delito no tienen derecho a subrogados penales ni a permisos administrativos, porque cuando se presentó el proyecto de ley se tenía que dar una respuesta efectiva a las muertes”, dice Hurtado.
En el caso del homicidio, se estaría pagando entre 208 a 450 meses de prisión. “Hay una diferencia significativa entre la una y la otra, estamos hablando de penas bastante altas pero dependiendo del delito que se cometa”, añade la litigante en asuntos penales.
Alejandra Vera asegura que en muchas ocasiones es necesario acudir a una presión mediática para que la justicia actúe.
“Desde la Corporación brindamos un acompañamiento y asesoría, a veces programamos plantones, comunicados, denunciamos en redes sociales (…) esto ha tenido un gran impacto y acelera los procesos”, explica la directora.
La mujer en el delito
Hay otra cuestión de que poco se habla y es que muchos de los homicidios son derivados del aumento de la participación de la mujer en la comisión de este delito.
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Recordemos a Ithcel Arais Benítez Peña, conocida en el mundo delincuencial como Laika, una sicaria que habría asesinado a ocho personas en tan solo dos meses. La mujer, capturada el 15 de noviembre de 2023, sería la principal criminal al servicio de alias Porras, en Cúcuta y el área metropolitana.
Según la Mecuc, en 2023 se capturaron 423 mujeres por su participación en diversos delitos. En 2024, ya van 74.
“Esta es una cifra bastante alarmante. Los delitos más cometidos por las mujeres son el tráfico de estupefacientes, hurto a personas y lesiones personales”, precisa el coronel Diego Díaz, comandante operativo de la Policía.
Sin embargo, para Natalia Hurtado, su actividad de litigio le ha permitido aproximarse a las posibles circunstancias que están presentes a la hora de la comisión de un delito por parte de una mujer.
“Esto tiene que ver con factores exógenos que están circunscritos a sus condiciones vitales y económicas. Es muy frecuente que las mujeres que están procesadas se encuentren en estado de pobreza”, añade la abogada.
Según Hurtado, son mujeres marginales que hacen parte de una sociedad excluida, a la que el Estado no le presta mucha atención y para quienes las oportunidades laborales son escasas, ni contaron con una educación formal. “Es muy extraño encontrarse con una mujer medianamente educada, que pertenezca a la clase media alta, procesada por delitos de hurto o tráfico de estupefacientes”.
Panorama regional
En otros municipios de Norte de Santander, distintos al área metropolitana de Cúcuta, son pocos los asesinatos de mujeres que se registran. Según la Policía, en 2023 fueron 10 homicidios y un feminicidio. En lo corrido de 2024 no se ha presentado ningún asesinato de mujeres.
Aunque lo anterior podría indicar una buena noticia, para Alejandra Vera, directora de la Corporación Mujer, Denuncia y Muévete, no lo es.
“El departamento es un caso particular pues esas cifras son falsas. Hablemos, por ejemplo de la zona del Catatumbo. Allá no tenemos casos conocidos por varias razones: las desaparecen, no denuncian o las autoridades no las atienden”, afirma Vera.
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