Dieciséis años tuvieron que pasar para que el Concejo de Cúcuta volviera a ser dirigido por una mujer. La última en ocupar la presidencia de la mesa directiva había sido Blanca Cruz González, en el año 2008, durante la administración de otra mujer, la alcaldesa María Eugenia Riascos.

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La encargada de romper esa larga sequía de representación femenina fue la concejal Carime Rodríguez, quien desde mediados de 2019 viene ocupando una curul en la corporación municipal, en representación del Partido Liberal, pero hasta el momento le había sido esquivo llegar a la silla principal.

Ayer, sin embargo, Rodríguez logró consolidar el apoyo de la totalidad de sus compañeros, incluidos los del bloque minoritario, y por unanimidad fue elegida para presidir el Concejo en el año 2025.

La puja por ese cargo empezó desde hace varias semanas y los nombres que sonaban para ocupar dicha dignidad eran, además de la concejal liberal, los de Albert Casadiegos y Jesús Sepúlveda. Sin embargo, los acuerdos al interior de la coalición llevaron a que la balanza se inclinara a favor de Carime Rodríguez.

El encargado de postularla fue el concejal del Centro Democrático Álvaro Raad, quien destacó no solo la trayectoria personal sino profesional de su compañera de corporación, así como su capacidad para asumir las riendas del Concejo. Además, reconoció la necesidad de abrir el espacio a una mujer en la presidencia, después de tantos años en los que su lugar solo había estado reservado para las vicepresidencias.

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Los demás partidos también se unieron a la postulación, al igual que sus compañeras Vanessa Arenas (Partido de la U) y Gimena Camacho (Partido Conservador), quienes resaltaron la importancia de que en este periodo, que las mujeres volvieron a ser protagonistas en el Concejo de Cúcuta, una de ellas sea la encargada de dirigirlo.

Desde la oposición, el concejal Leonardo Jácome se unió igualmente a la postulación de Rodríguez, no sin antes hacerle un pedido especial y es que haga que vuelvan los controles políticos a los secretarios de despacho. “Ellos son funcionarios públicos, tienen presupuestos, ejecutan presupuestos y deben venir a los controles, a eso debe comprometerse el próximo presidente y es una petición respetuosa”, dijo.

Y pese a estar en orillas distintas, hablando en términos de coalición, sus compañeros del Partido Liberal, Alonso Torres y Jhon Jairo Villamizar, también respaldaron la idea de que fuera ella la encargada de asumir la presidencia de la mesa, al señalar que el Concejo de Cúcuta necesita una verdadera unidad y que Carime Rodríguez está llamada a cumplir esa misión “por las capacidades que tiene”.

‘Es un logro para todas las mujeres’

Tras conocerse la votación a su favor, la próxima presidenta del Concejo de Cúcuta celebró el respaldo recibido y dijo que su elección es un logro para todas las mujeres de la ciudad.

“Hace 16 años no se tenía un espacio como estos en la corporación y hoy lo logramos, de la mejor manera, acompañada de 18 amigos. Este es un bonito mensaje para la ciudad, para las mujeres”, manifestó en sus primeras declaraciones.

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Reconoció que llegar allí era una meta por la que batalló y trabajó durante años, pero que finalmente “gracias a la dedicación, la disciplina y el esfuerzo”, consiguió el voto de confianza de la corporación en pleno.

Frente a las peticiones que le hicieron para que cumpla con el llamado a los controles políticos y que desde el cabildo se le pueda hacer un verdadero seguimiento a la ejecución por parte de la administración municipal, Rodríguez dijo que esa es una responsabilidad y en eso estarán enfocados el año entrante.

“Lo que no está bien hay que hacérselo saber al alcalde y a su administración; y lo que está bien hay que ayudarlo a trabajar y de la mano hacer un solo equipo por nuestra ciudad”, planteó.

Y descartó que su elección y la de sus compañeros de mesa tenga que ver con componendas o estrategias para asegurar la futura elección de personas afines a la administración en los órganos de control, como es el caso de la Contraloría Municipal.

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Yanet Carime Rodríguez nació el 3 de enero de 1973 en Salazar de las Palmas y creció en el sector de Las Américas de Cúcuta. Es abogada y especialista en Derecho Administrativo.

Cuenta con una experiencia en el sector público de más de 25 años. También ha ejercido el liderazgo comunal. En 2008 fue presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Brisas del Paraíso. Hizo parte del IMRD, fue asesora de la Oficina de Control interno Disciplinario del Municipio y funcionaria de la Central de Transportes.

Durante varios años estuvo vinculada al Centro Tecnológico, primero como asesora y posteriormente como docente. De la misma forma, trabajó en la Universidad de Pamplona como directora de Talento Humano y como secretaria general encargada, en la actual administración de Ivaldo Torres.

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Antes de llegar al Concejo, a mediados de 2019, a ocupar la curul que dejó Jaime Marthey para participar en la elección a la Alcaldía de Cúcuta, Rodríguez fue secretaria privada del entonces presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Carlos Chacón Camargo.

Las vicepresidencias

A diferencia de la elección de la próxima presidenta del Concejo de Cúcuta, que se dio por unanimidad, la de las vicepresidencias suscitó un amplio debate, por cuenta de lo que el bloque minoritario considera fue una jugada para bloquearles el paso en la mesa directiva.

Y es que previo a la votación se conoció que tanto el Partido ADA, como la Alianza Verde, se declararon en oposición a la administración de Jorge Acevedo y de esta forma eso les aseguró la posibilidad de tener un asiento en el cuadro principal de la corporación.

Esa movida fue objeto de serios reproches por parte de concejales como Leonardo Jácome y Jhon Jairo Villamizar. Jácome fue postulado para la primera vicepresidencia, pero él no aceptó, por las mismas circunstancias que rodearon la elección de la mesa.

Los elegidos fueron, entonces, Sergio Matamoros como primer vicepresidente (partido ADA) y Víctor Caicedo, segundo vicepresidente (Alianza Verde).

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