Con 85 años de edad, doña Aura María Galvis de Conde no se negó para competir en la quinta edición del Torneo Departamental de Tejo que se realizó el pasado fin de semana en Chinácota, el reto lo cumplió en memoria de su esposo, José del Carmen Conde Durán, quien murió por un golpe con un tejo.
Con una vista lúcida, una concentración al 100%, doña Aura María compitió con el club Real Chinácota en el Torneo C, donde reventó un par de mechas y un bocín que a su criterio fue legal, pero fue negado por el juzgamiento de la competición que reunió a 28 equipos.
“A mi esposo toda la vida le gustó el tejo, él era militar y sabía todo sobre este deporte. En ese entonces jugarlo era muy difícil para las mujeres, pues la sociedad machista no lo permitía, pero tras el fallecimiento de él y la insistencia de mis hijos, que también lo juegan, decidí jugarlo y me enamoró”, sostiene.
Un golpe al pulmón
Galvis de Conde recuerda que su esposo alcanzó a recibir alrededor de 15 trofeos tanto locales, departamentales y nacionales, y tras salir pensionado del Ejército Nacional, la vida los puso en Ragonvalia, municipio en el que crearía más clubes y canchas de tejo, donde recibió un golpe que comprometió el pulmón.
“Él me contó que se pusieron a jugar con otras personas y, arreglando una mecha, el golpe fue tremendo, el señor la verdad no tuvo la culpa. Yo lo llevé al médico, le sacaron una radiografía y tenía afectación, entonces lo operaron, le sacaron parte del pulmón, y duró cinco meses con terapias, pero murió con 58 años”, sostiene.
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Mario José Conde Galvis, uno de sus hijos, afirma que a su madre siempre se le insistió para que participara en las partidas familiares de tejo que se realizan el fin de semana, pues prefería los oficios hogareños, la lectura y otros pasatiempos, hasta que un día cedió a esa petición.
“Ella no quería, pero viendo tanta insistencia de nosotros los hijos y los nietos un día accedió a acompañarnos, solo fue reventar su primera mecha para enamorarse del tejo, ese día creo que le cambió la vida y desde entonces no ha dejado de jugarlo”, recuerda Mario.
Conexión con el más allá
A pesar de que la partida de su amado fue hace 23 años, doña Aura María cada vez que juega siente que su espíritu la acompaña, asegura que lo recuerda en cada instante y le ayuda a mantener la concentración para lograr reventar la mecha.
“Este deporte es 90% concentración y 10% vista, él me ayuda a que no me desconcentre porque hay jugadoras que por distraerlo a uno tiran un tejo o gritan, pasan de lado a lado, por lo que no me dejo sacar del juego y le apunto siempre a sumar puntos para mi equipo”, afirma.
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Aunque ha ganado varios partidos de tejo y distinciones por practicarlo, doña Aura María casi pierde el partido contra la COVID-19, la cual superó con la ayuda de su familia y recibiendo como analgésico una buena partida en medio de la pandemia.“Cuando no se podía salir, y yo acababa de superar la enfermedad, le dije a mis hijos que si moría por algo, que fuera por el tejo, por lo que salí a jugar sin la autorización de ellos. Este es mi entretenimiento favorito y en esa época todo estaba restringido, por suerte fue el mejor calmante para aliviar el momento, y allí estaba él conmigo, mi esposo”, sostiene.
Tradición familiar
Una de las cómplices en esta aventura de arcilla, hierro y pólvora es su hija Sonia, quien al igual que sus hermanos heredaron la tradición de jugar en familia, por lo que alienta en cada partido a su progenitora.
“Yo le digo mamita concéntrese, vamos por esa mecha, por esa moñona y cuando lo logra toca celebrar, mientras nosotros lo hacemos con cervecita, ella se toma su juguito de guayaba que no se puede faltar para cada partida”, sostiene.
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Sobre la actuación en el Campeonato Departamental, Sonia comenta que doña Aura María hizo parte de cuatro partidos, despertando la admiración en sus rivales.
“En el campeonato actuó en cuatro partidos que se jugaron en el grupo de ella, le fue muy bien, nos sentimos muy orgullosos de tenerla, nosotros venimos y jugamos con ella, somos un grupo familiar que nos gusta venir todos los sábados, domingo y lunes festivos”, puntualiza.
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