Tijera, peine, talquera y máquina de afeitar a la mano: una veintena de jóvenes, habitantes de barriadas de Caracas, están listos para competir en la "Batalla de Barberos", un torneo que busca apartar a estos muchachos de la violencia y el ocio en sus comunidades.
El degradado y las líneas curvas, en forma de letras, corazones o figuras geométricas: creativos diseños que un jurado evaluó tomando en cuenta el acabado, la creatividad, la técnica y el buen trato de los participantes hacia sus modelos, la mayoría familiares o amigos.
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Los barberos llevaban cuatro meses preparándose para esta competencia, que organiza la ONG Caracas Mi Convive, que los introdujo además al oficio.
Alexnaiker Álvarez, de 17 años y habitante del sector Parroquia Sucre, que abarca varias barriadas, resultó ganador.
"Yo me la pasaba era en la calle todo el día (...), vagueando, sin hacer nada, no tenía que hacer pues", dice a la AFP, Alexnaiker, tras conseguir el primer lugar del torneo con un corte clásico y prolijo.
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El joven sostiene que este nuevo oficio lo "rescató". "Me quedé encantado con todo, el freestyle, con el estilo de corte, el peinado, todo eso".
La competencia se realizó en una escuela en Antímano, una de las barriadas en las que opera Mi Convive, además de Sucre, Caricuao y La Vega, este último escenario de violentos enfrentamientos entre la policía y una megabanda criminal en 2021.
Hay música en vivo y los familiares hacen barra a sus inspirados y artísticos jóvenes barberos.
"En el curso se les daba todo. Pagan el kit (de barberos) con trabajo comunitario, hacen cortes gratuitos en distintas comunidades y parroquias de Caracas", explica Ernesto Rodríguez, coordinador del programa que impulsó el concurso.
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Alexnaiker planea, de hecho, instalar una barbería a cielo abierto en alguna esquina, un negocio que se ha hecho popular en estas comunidades.
"Y allí comienzo y con el favor de Dios, que me lo permita más adelante, podré ser mejor en la profesión que hago".
En la competencia también participaron mujeres adolescentes que, sostienen, prefieren cortar el cabello de los hombres y se marcaron el objetivo de convertirse en "barberas profesionales".
"Yo empecé aquí (...) que no sabía nada, ni siquiera lo más mínimo y cónchale he evolucionado bastante", se felicita Nayreth Villegas, de 19 años, que ahora aspira a un "negocio propio".
Mi Convive, que opera comedores populares dentro de las barriadas y organiza competencias deportivas, impulsa igualmente talleres de prevención de la violencia.
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