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La respuesta de Norte de Santander al nuevo programa de reincorporación
480 firmantes en Norte de Santander se han sumado a la nueva iniciativa del Programa Integral de Reincorporación.
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María José
María José Salcedo
Jueves, 26 de Septiembre de 2024

Hace dos semanas comenzó en Norte de Santander la implementación del Programa Integral de Reincorporación, PRI, una iniciativa del Gobierno Nacional creada por medio del Decreto 0846 del 4 de julio de 2024  con el que se busca dar impulso definitivo al tránsito de los firmantes de paz hacia una ciudadanía plena y autónoma.

A la fecha, el balance es muy positivo, aseguró Lorena Corvera, coordinadora regional de la Agencia de Reincorporación Nacional, ARN, toda vez que 480 de los 608 firmantes de paz han refrendado el acta para continuar en el proceso. 

El PRI es una política pública contemplada en el Plan de Desarrollo Nacional, que surgió luego de un ejercicio de escucha entre los firmantes de paz, que permitió conocer sus inquietudes y necesidades, y a partir de allí, proyectar acciones institucionales con el fin de generar diversos caminos para el acceso y goce efectivo de derechos, el buen vivir y la construcción de paz, con un enfoque diferencial y territorial. 


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Corvera destacó que uno de los aspectos diferenciales de este programa es que los firmantes pasan a ser sujetos activos en su proceso de reincorporación, puesto que les permite diseñar su plan de reincorporación. 

Adicionalmente, por medio de este decreto se creó el Sistema Nacional de Reincorporación que implica una participación activa de las alcaldías y gobernaciones para ayudar a cumplir la aplicación del PRI. 

Explicó que el programa está planteado en cuatro componentes fundamentales para la reincorporación, y cada uno tiene a su vez una serie de acciones de acuerdo al interés del firmante. 

El primer ítem tiene que ver con la reincorporación social, el interés aquí es el acceso a derechos o  beneficios para los firmantes; luego la reincorporación económica, relacionada con el apalancamiento a los proyectos productivos, colectivos o individuales, para que los firmantes del acuerdo puedan alcanzar una vida digna y, sobre todo, autonomía económica. 


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En tercero y cuarto lugar están la reincorporación comunitaria que recoge acciones relacionadas con la reconstrucción del tejido social, diálogo entre firmantes y las comunidades para mejorar esas relaciones; y finalmente la incorporación política, por medio de la cual se busca vigorizar las capacidades de los firmantes para hacer el ejercicio democrático. 

En Norte de Santander el principal interés de los firmantes tiene que ver con el acceso a tierra, vivienda y a los proyectos productivos, “esos son los tres aspectos que para ellos pesan muchísimo, que su proyecto funcione y que sea sostenible”, detalló Corvera.
  

Retos y dificultades

Señaló que en esa búsqueda de estabilidad se presentan dificultades, especialmente en lo que tiene que ver con la compra de tierra para firmantes, sobre todo en la zona del Catatumbo, donde muchos quieres mantenerse. 

Las restricciones del acceso a tierras tiene que ver con la poca oferta, puesto que en esa región hay mucha zona que es reserva forestal, otra que está destinada a la producción minera y petrolera, y otra que es pretensión Barí, “supone un reto para nosotros”, dijo Corvera. 


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Además de lo logístico, la presencia de actores armados en El Catatumbo es otra de las dificultades que enfrentan los firmantes en su proceso de reincorporación. 

“Es una situación que nos tiene en constante alerta sobre todo por los temas de seguridad de las mujeres y hombres firmantes”, dijo Corvera. Y es que a la fecha en Norte de Santander, hay 60 desmovilizados en riesgo por diferentes motivos y desde la firma del acuerdo en 2016, han sido asesinadas 25 personas en proceso de reincorporación, la más reciente en junio del presente año. 
 
“Lo ideal es que la implementación del acuerdo la hubiéramos podido hacer dentro del marco de otros ejercicios de diálogo, y con una mayor libertad”, manifestó Corvera. 


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