El 10 de noviembre de 2022 se formó una laguna en la vereda El Molino, en Villa Caro, luego de una avalancha. Desde ese momento los habitantes de El Tarrita comenzaron a avizorar la tragedia que terminó ocurriendo el 31 de mayo de 2023.
Lea también: Pese al esfuerzo, ‘Cúcuta despierta’ no pudo contra el miedo
Hoy, en la vereda Puerto Príncipe, un par de kilómetros aguas abajo, se está formando otra laguna que tiene atemorizados a las familias que viven aún en El Tarrita, pues esta laguna se está formando justo en la unión entre el río Tarra y la quebrada El Molino.
“Acá la situación es preocupante, porque no se ha tenido una solución concreta en la represa que tiene el río. El agua que baja por la quebrada trae mucho material y va represando el río, lo que hace que vaya subiendo de nivel y es preocupante. Allí se intervino con maquinaria de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), pero con las lluvias se perdió ese trabajo”, alertó Álvaro Jácome, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Tarrita.
Una situación parecida ocurrió cuando inició esta tragedia. Para ese entonces las autoridades locales se comprometieron con drenar ese represamiento y evitar la avalancha.
Los habitantes temen que esta zona pueda ocurrir lo mismo que en el 31 de mayo de 2023 ante la minimización de la emergencia.
¿Qué dice la gobernación?
El temor no es infundado. El mismo gobernador del departamento, William Villamizar, confirmó hace un par de semanas el riesgo de este lugar.
“Estamos sobrevolando El Tarrita, pues un represamiento ha generado inconvenientes a la comunidad. Vamos a hacer un monitoreo con Gestión del Riesgo y unas personas que tengan radio y estén monitoreando en la parte alta para cualquier situación que se pueda presentar y se pueda alertar para prevenir una tragedia”, explicó en ese momento el mandatario departamental.
Le puede interesar: Así es como la marroquinería se impone en Norte de Santander
De acuerdo con el presidente de la junta de El Tarrita, Gestión de Riesgo les dijo que, por ahora, no se puede mitigar este riesgo, más allá de contratar a estas personas para que monitoreen el lugar.
La Opinión visitó y constató que se está formando un represamiento en el lugar, además de que aún no hay ningún personal contratado para el monitoreo del lugar.
Este medio consultó a Gestión del Riesgo departamental para saber cómo va el proceso de contratación y por qué aún no hay nadie monitoreando la zona.
“Se están haciendo las labores para el proceso de contratación de dos personas que hagan estas tareas y que habiten en la zona”, explicó William Vera, secretario de Gestión del Riesgo de Norte de Santander.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion