De acuerdo con el último boletín epidemiológico emitido por el Instituto Nacional de Salud (INS), en la semana del 26 de marzo al 1 de abril, Colombia reportó 454 casos de malaria, de los cuales 366 están catalogados como malaria complicada.
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Casos que proceden de varias entidades territoriales como Norte de Santander, Antioquia, Chocó, Córdoba, Bolívar, Meta, Nariño, Guainía, Guaviare, Risaralda y las cuales aportan el 84,4% de los pacientes.
En este sentido, el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) ha reportado que en Norte se registran 147 casos distribuidos así: 127 en Tibú, 11 en Sardinata, 2 en El Tarra, 2 en El Zulia, 2 en La Esperanza, 2 en Teorama y uno en Cúcuta.
De estos contagios, 40 se registran en mujeres y 107 en hombres, de los cuales, 6 de los pacientes son menores de 5 años y 5 personas más son mayores de 65 años.
Según el Ministerio de Salud y Protección Social, la malaria complicada se caracteriza por la presencia de signos, síntomas o alteración en pruebas diagnósticas, que indican alguna disfunción de órganos vitales, lo que puede producir daño y muerte celular en los diferentes órganos.
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¿Por qué en estas zonas?
El médico Carlos Lozano explicó que en Colombia, la malaria sigue siendo un problema prioritario en salud pública, teniendo en cuenta que cerca del 66% de los municipios se encuentran ubicados en zonas tropicales con condiciones climáticas, geográficas y epidemiológicas que facilitan la transmisión de la enfermedad.
“La malaria se define como una enfermedad infecciosa parasitaria que se transmite por la picadura de zancudos hembra infectados por el género Anopheles. Aunque pueden picar a cualquier hora, por lo general lo hacen al anochecer o amanecer, de ahí la importancia de usar toldillo”, dijo el profesional.
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Lozano detalló que los casos registrados en el Catatumbo pueden obedecer a que esta es una zona “selvática”, propicia para la proliferación del mosquito transmisor, es decir, una zona endémica, considerando además que varios contagios provienen de la zona de frontera.
Destacó que las personas que residen en estas zonas deben estar alertas si presentan síntomas como la fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, mareos, pérdida del apetito, sudoración profusa, tos, diarrea, vómito, fatiga y dificultad al respirar.
“El llamado que se hace siempre es no automedicarse, sino acudir cuanto antes al médico y pedir el diagnóstico si sospecha que puede tener malaria o paludismo y tomar el tratamiento como se indique para evitar que otros se enfermen o que la enfermedad no se vaya, porque los parásitos pueden sobrevivir en la sangre”, añadió el médico.
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¿Cómo prevenir?
Entre las medidas preventivas recomiendan el uso de toldillos impregnados con insecticida, para disminuir el riesgo de las picaduras de los mosquitos infectados, pero asegurando que no estén rotos. Piden dormir en el centro de la cama y evitar el contacto del cuerpo con el toldillo.
También recomiendan utilizar ropa adecuada que proteja de las picaduras y calzado que proteja los pies, así como eliminar los criaderos de zancudos y usar repelentes, especialmente que contengan DEET (Dietil-toluamida).
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