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¿Por qué la descentralización de la educación conviene a Norte de Santander?
La descentralización es crucial para el desarrollo, no solo de la educación, sino también para el fortalecimiento humano en el departamento.

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Domingo, 18 de Agosto de 2024

La discusión sobre la centralización y la descentralización de la educación ha cobrado desde años atrás una relevancia significativa en Norte de Santander, en el contexto de una región con diversas realidades territoriales y desafíos únicos. Así lo señala el director del Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad Simón Bolívar, Juan Diego Hernández Albarracín, quien estudia, junto a otros investigadores y estudiantes, cómo estos enfoques pueden influir en el desarrollo regional. 

El debate sobre la descentralización es prioritario, indica Hernández Albarracín, no sólo porque es desde las regiones donde se reconocen las realidades y contextos de los territorios, sino también porque el totalitarismo con que se imparte educación en el país ha sembrado enormes brechas en el desarrollo de miles de niños nortesantandereanos. 

Según Hernández, no es lo mismo estudiar en Pamplona, Chinácota, Cúcuta o Villa del Rosario en comparación con Tibú, Sardinata u otros tantos municipios del departamento que tienen características y particularidades distintas, ya sea por su vocación, divergencias sociales e, incluso, factores como el mismo conflicto armado.


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 Lo anterior, porque las discusiones en los territorios de la región cambian: mientras en cercanías a la provincia de Pamplona, por ejemplo, se habla de cuidado del agua, y sus políticas van hacia ello, en el Catatumbo priman aspectos diferentes, como la paz. 

Ahora bien, otras voces consideran que la implementación de la descentralización años atrás no era posible; primero, por las circunstancias de un territorio aún sin mayor desarrollo, teniendo en cuenta la poca capacidad técnica, pedagógica, la falta de infraestructura y, de cierta manera, por las implicaciones o injerencias políticas.   

Pero ¿cuál fin debería perseguir la educación en el contexto regional de Norte de Santander? El tema hizo parte del intercambio de conocimientos sostenido en el IV Simposio Internacional Educación, Formación Docente y Práctica Pedagógica en Contexto, realizado por la Universidad Simón Bolívar, que desarrolló la temática “La investigación en red como innovación para la transformación territorial”, en alianza con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Sistema General de Regalías, en el cual países como Brasil, México, Canadá, España, República Dominicana, Venezuela y, por supuesto, Colombia, hicieron un reconocimiento desde sus territorios acerca de esta filosofía política del centralismo o la descentralización.

Juan Diego Hernández Albarracín Director del Doctorado en Ciencias de la Educación  Universidad Simón Bolívar sede Cúcuta/Foto cortesía

Descentralización de la educación en Colombia

En una editorial, Jaime Bejarano Alzate, exrector de la Universidad La Gran Colombia, explica que las políticas públicas que son el soporte teórico, legal y funcional de los sistemas educativos de los Estados se caracterizan por ser centralistas o descentralizadas: “Las primeras priorizan a los ministerios de Educación como si fueran el eje esencial del sistema; las segundas, fundamentan su estructura y desarrollo a partir del reconocimiento a las instituciones educativas de todos los niveles de escolaridad. 

Como consecuencia de esta caracterización, la calidad de la educación en un sistema centralizado está orientada a lograr respuestas econométricas y estadísticas como factor comparativo entre los Estados, y si estas son exitosas, los grandes beneficiados son básicamente los Gobiernos y las personas que lo representan”.

Continúa expresando, “por el contrario, la descentralización tiene una organización diferente, en cuanto es el aula, la institución educativa y el municipio los referentes claves para hacer todo tipo de análisis en relación con cobertura, inclusión, deserción y lógicamente, calidad; su concepción es desde el contexto y su tipificación, especialmente en relación con la condición social, a la que el sector escolar debe dar respuestas para atender dichas necesidades”.


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“Para cada caso, centralismo o descentralización, las mediciones son necesarias con el fin de construir propuestas, pero la diferencia radica en cómo se utilicen los resultados para el fomento del desarrollo de los ciudadanos. Si es centralizado, tiende a reflejar posiciones, intereses y visiones individuales que desconocen el sentir de todos los colombianos con relación a que somos un país de regiones, en muchos casos, con marcadas diferencias de desarrollo y cultura, las cuales requieren respuestas diversas en relación con su situación para cerrar la brecha que nos excluye de las oportunidades y no ahondar más en ella”, señala Bejarano Alzate.

Según Juan Diego Hernández, “en una región diversa como Norte de Santander, es crucial encontrar un equilibrio que permita adaptarse a las realidades locales mientras se mantiene un estándar educativo uniforme”.

En Norte de Santander avanzan diferentes estrategias, una de ellas es el Pacto por la Educación, proyecto que busca promover un nuevo modelo educativo que apunte al 2050. 


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Actualmente la Universidad Simón Bolívar, una de las instituciones educativas vinculadas al Pacto, brinda espacios para la reflexión y la construcción conjunta de propuestas innovadoras en torno a la educación, a través de proyectos estratégicos demostrativos con enfoque territorial como lo son el Observatorio de Interpretación de Realidades Educativas (OIRE) y la Red de Maestras y Maestros Investigadores de Norte de Santander (Reducalia).

Desde luego, hay un imperativo porque se descentralice la educación. “Las regiones no pueden seguir educándose bajo modelos totalitarios y centralizados”, puntualizó Hernández, “más allá de las filosofías, las palabras hechas y las buenas intenciones, pues la educación tiene que resolver problemas y no los está resolviendo. Es decir, la educación no está sirviendo en el modelo que tenemos”.

Para Luis Ricardo Navarro, profesor e investigador social Unisimón de la sede Barranquilla, Colombia debe pensar la educación desde los territorios y las gentes. “Los planes de estudio ya los tienen las comunidades. Ese saber y esos conocimientos que tienen las sabedoras los hemos despreciado y dejado en el olvido. Tendremos que hacer un intercambio de saberes con las formas científicas y académicas de hacer investigación para construir un país que piense la educación hacia sus necesidades, contextos, diversidades y transformación social. 


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La Universidad Simón Bolívar continúa trabajando en la investigación y el análisis de estos enfoques, con el objetivo de ofrecer soluciones que respondan a las necesidades locales y contribuyan al avance educativo de la región.

 

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