Entre la espada y la pared. Así se encuentran los agricultores de los estados Táchira, Mérida y Trujillo, regiones productoras de hortalizas, frutas y flores de Venezuela, debido a la escasez de combustible que enfrentan estas zonas agrícolas, lo que ha impedido que los campesinos puedan sacar sus cosechas a los mercados, teniendo que desechar los cultivos.
Algunos productores, en medio de la terrible situación de movilidad que enfrentan, durante el pasado fin de semana, difundieron vídeos en donde se observan botando producciones de zanahorias, cambures y tomates, toda vez que los alimentos se les estaba dañando, pero como respuesta del Estado venezolano, el Ministerio Público activó a la Fiscalía 23 Nacional en materia de Delitos Económicos para investigar a los agricultores que se observan en los vídeos tirando las verduras a los ríos.
El Ministerio Público anunció la detención de dos agricultores el fin de semana, entre ellos un agricultor de Pueblo Llano, estado Mérida, que desechó un corte de zanahorias y otro de Trujillo que botó un cultivo de tomates, a quienes acusan de atentar contra la soberanía alimentaria.
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José Luis Guillén Méndez, director nacional de Hortalizas de Fedeagro y presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios El Molino (Asopromol), expuso que están solicitando una audiencia con el Fiscal General de la República, Tareck William Saab y la Presidencia de Venezuela, ya que consideran que no es culpa de los agricultores lo que está sucediendo en el campo venezolano, ni han desechado las cosechas porque quieren.
Refirió que si bien es cierto que hay mucha gente que necesita la alimentación, en este caso, en pueblos remotos como Pueblo Llano, estado Mérida, cómo hacen para sacar una cosecha si no hay combustible.
“Él (agricultor de Pueblo Llano) grabó ese vídeo donde está botando zanahoria que ya no sirve, que es para los animales, pero a su vez también está tratando de decirle al Gobierno que no hay gasolina. Al municipio llega la gasolina cada 4 o 6 meses, donde el productor ha hecho con tanto sacrificio esa cosecha de 90 a 120 días, con inversión propia de su bolsillo”, indicó.
Relató que, así el productor hubiese dejado la zanahoria para que se la llevaran, el pueblo no tiene como movilizarse hasta la unidad de producción por falta de gasolina, además por el mal estado de la vialidad agrícola, que a duras penas los campesinos tratan de mantener con su propio pecunio.
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Guillén recordó que en Venezuela no hay créditos gubernamentales para el sector productor, por lo que los agricultores venden parte de sus patrimonios para poder sembrar.
Los 23 municipios que tiene el estado Mérida son agrícolas y pecuarios, y carecen de industrias que puedan procesar alimentos como las zanahorias, por ejemplo, porque la agroindustria está paralizada, apuntó.
Al agricultor de Mérida que le dictaron auto detención es de una familia de muy bajos recursos, señaló José Luis Guillén, por lo que los habitantes de Pueblo Llano están desconcertados y paralizados ante esta situación, por el temor de lo que le pueda pasar al ciudadano.
Refirió que aunado a la competencia desleal con las importaciones y contra las barreras que mantiene el gobierno venezolano, los agricultores se han mantenido en el país.
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“Se han perdido muchísimas cosechas, no solo zanahoria, se pierde repollo, cuando un saco de repollo de 90 kilos cuesta 1 dólar, se han perdido cortes de lechuga, cortes de calabacín, cortes de tomates, es difícil la situación”, relató.
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