Más de tres décadas de esfuerzos en programas de reintroducción de cóndores han sido insuficientes para la recuperación poblacional de esta especie en nuestro país.
La última vez que se observó un cóndor silvestre en el Parque Natural los Nevados fue en 1967. Tres décadas después, entre 1997 y 1999, en el marco de un programa de reintroducción de estas aves criadas en cautiverio, se liberaron catorce ejemplares en este parque, de los cuales, hay información de seis de ellos a la fecha. ¿Qué pasó con los restantes ocho?
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Actualmente, este territorio alberga el único nido reintroducido de esta ave carroñera y el investigador de la Pontificia Universidad Javeriana Juan Sebastián Restrepo Cardona, lo monitorea desde el 2013, cuando la pareja de cóndores tuvo su último polluelo.
La situación en cada país donde habita esta ave gregaria es diferente. Argentina y Chile albergan poblaciones que superan los 3.000 individuos cada uno, por lo que aún es posible observar grandes bandadas de cóndores surcando los cielos o reunidos en los riscos, que sirven como dormideros comunales, como ocurre en los páramos de Norte de Santander y Santander.
Sin embargo, según Restrepo Cardona, magíster en Conservación y Uso de Biodiversidad de la Javeriana, la población de esta ave carroñera en el norte de Suramérica se estima en alrededor de 300 individuos.
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Luis Miguel Renjifo, doctor en Ecología Evolución y Sistemática y coautor del Libro Rojo de Aves en Colombia, explica que a pesar de los esfuerzos en favor de su conservación, desde el 2016 está catalogada como una especie en peligro crítico de extinción en Colombia.
El envenenamiento de carroñas, la cacería, la captura ilegal, la electrocución, la disminución de presas silvestres y la competencia con perros por alimento, son las principales amenazas que enfrenta el cóndor de los Andes. “En Colombia, en las últimas tres décadas, 23 cóndores evidenciaron distintas causas de mortalidad. De estos trece individuos fueron envenenados, dos recibieron disparos, dos murieron por causas naturales y uno se electrocutó en una línea eléctrica de alta tensión; para cinco individuos no fue posible determinar la causa de muerte”, afirma Restrepo.
¿Cómo identificar un cóndor de los Andes?
Es una de las aves de mayor envergadura en el planeta, habita desde las nieves perpetuas de la cordillera hasta la línea de costa en el océano Pacífico. Es el único buitre en el mundo con dimorfismo sexual, es decir, que las hembras y los machos difieren en características morfológicas: los ojos de la hembra son rojos y no tienen una cresta como la de los machos, que son de mayor tamaño.
El cóndor de los Andes en Colombia
Desde finales de la década de los años ochenta, las poblaciones de esta especie disminuyeron drásticamente en nuestro país. Con el objetivo de recuperar la población, Colombia desarrolló un proceso de reintroducción de individuos criados en cautiverio entre 1989 y 2013.
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“En este periodo fueron liberados 71 cóndores. De estos, en los últimos 12 años se han obtenido registros de 39 individuos, se ha confirmado la muerte de otros once y se desconoce la situación actual de los restantes. En ausencia de programas de monitoreo de individuos liberados es difícil determinar el papel de la reintroducción de cóndores en el mantenimiento de la población en el país”, afirma Restrepo Cardona.
Históricamente, los esfuerzos para la conservación del cóndor en nuestro país se han enfocado principalmente en los programas de reintroducción, reproducción y cría en cautiverio. Estos programas han permitido volver a ver cóndores en lugares donde se encontraba extinto, como en el caso del Parque Natural los Nevados.
Pese a esto, para el investigador Restrepo Cardona, estas iniciativas no son suficientes para garantizar la recuperación poblacional de la especie. “Mientras no se determinen y enfrenten los factores que limitan la viabilidad de las poblaciones del cóndor en estado silvestre, esos esfuerzos de conservación ex situ (programas de reintroducción) no dan soluciones a largo plazo”, asegura.
¿Cuál es su actual suerte?
El cóndor habita en la región Andina y en la Sierra Nevada de Santa Marta. Según el primer Censo Nacional del Cóndor Andino, realizado entre el 15 y el 17 de febrero del 2021 — y liderado por la Fundación Neotropical, que enfoca sus esfuerzos en conservación de especies amenazadas–, se observaron al menos 63 cóndores en todo el territorio nacional.
Para realizar este conteo, la Fundación empleó la metodología de censo simultáneo, es decir, con la participación de 207 voluntarios, distribuidos en 84 puntos de observación, se miró al cielo de forma sistemática durante dos días en busca de cóndores.
“El trabajo interdisciplinario con comunidades locales es clave para mitigar y prevenir el conflicto humano-cóndor y lograr la conservación efectiva de la especie en el país”, explica el biólogo y ecólogo Renjifo, pues la muerte de tres cóndores en el departamento de Santander a principios de junio encendió nuevamente las alarmas respecto al estado de conservación de esta ave.
El cóndor cumple un papel clave en el equilibrio de los ecosistemas al reducir la propagación de enfermedades, pues se alimenta de animales muertos y, además, es parte importante en el ciclaje de nutrientes que permite la producción de materia viva a través del intercambio de materia orgánica e inorgánica. Al mismo tiempo, es un elemento clave en la cosmovisión de distintas culturas indígenas en los Andes y la Sierra Nevada de Santa Marta.
“Hay que replicar el esfuerzo del censo en los siguientes años para obtener estimaciones poblacionales más precisas de la especie, realizar valoraciones ecológicas y sociales, implementar programas de educación ambiental y promover acciones para su conservación basadas en evidencia científica”, concluye Restrepo.
Se protegerá la especie
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto Alexander von Humboldt suscribieron un convenio para evaluar el estado actual de conservación del Cóndor en Colombia.
El convenio se ejecutará en los departamentos de Norte de Santander, Santander y en el Parque Nacional Natural Los Nevados, y tendrá una duración de cinco meses.
Entre las acciones que se desarrollarán está la toma de muestras genéticas no invasivas (plumas) de cóndores andinos, las cuales serán recolectadas en campo, lo que permitirá iniciar una ruta hacia la conservación de la especie.
“Con la puesta en marcha de este convenio, que contará con el Instituto Alexander von Humboldt, nuestro brazo científico, ratificamos el compromiso de velar por cada una de las 63 mil especies que habitan nuestro territorio. Invitamos a todos los colombianos a convertirse en guardianes de esta especie, emblema de libertad de nuestro país”, señaló el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa.
La estrategia busca, entre otras cosas, repoblar las montañas de Colombia y trabajar en articulación con el Sistema Nacional Ambiental (SINA) en la recolección de información sobre la especie.
Con información de Pesquisa Javeriana*
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