Las disidencias de las Farc, específicamente la estructura Carlos Patiño del comando coordinador del Estado Mayor Central (EMC), han inaugurado un puente vehicular sobre el río Micay en la zona rural del municipio de El Tambo, en el departamento del Cauca.
El acto de inauguración tuvo lugar en la vereda Honduras del corregimiento San Juan de Mechengue, ubicado en el cañón del Micay. La construcción del puente, que tiene una capacidad de carga de 40 toneladas, se llevó a cabo durante cinco meses. En varias de las fotografías difundidas a través de las redes sociales se observa a uniformados de las disidencias que participaron en la ceremonia de corte de cinta.
Este puente se encuentra estratégicamente ubicado en una zona rural que ha sido históricamente afectada por el conflicto armado.
Durante el evento de inauguración, se vio a guerrilleros uniformados y armados con fusiles, pertenecientes a la estructura Carlos Patiño. Uno de los miembros de las disidencias realizó el corte simbólico de la cinta inaugural.
En el evento, también se anunció la instalación de un peaje en el puente, lo que ha generado inquietud entre la comunidad y las autoridades locales. Un letrero visible en las fotografías del evento indica tarifas de $2,000 para motocicletas y $10,000 para automóviles que deseen transitar por el puente, bajo la advertencia de «despacio».
El grupo de inauguración estuvo acompañado por aproximadamente 15 personas, algunas de ellas vestidas de civil, y se observó la presencia de una máquina amarilla en las cercanías.
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La presencia de un grupo armado que asume roles de administración y control en la región es indicativo de la influencia que mantienen las disidencias en esta zona del Cauca. Las autoridades continúan monitoreando la situación en la región y evaluando las implicaciones de este nuevo desarrollo.
La construcción de infraestructuras por parte de grupos armados ilegales no es un fenómeno nuevo en Colombia.
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En Norte de Santander, sobre todo en la región del Catatumbo, la intervención de estos grupos en la ejecución de obras comunitarias es bastante recurrente. Recientemente se ha dado la adecuación de varias aulas de clase, una en la vereda Llanos de Bolívar, de Teorama, así como la entrega de kits escolares en Sardinata, y un puesto de salud, en zona rural de Tibú, por parte del Frente 33, además de carreteras, ramales y placa huellas.
"Esa es una conducta de estas organizaciones ilegales para ganarse la confianza de las comunidades, así como de hacer ver que estan trabajando por el pueblo, pero la realidad es que todas estas obras, al parecer, estan siendo permitidas por el gobierno nacional, pues no se están oponiendo a que estas guerrillas sigan haciendo obras en el territorio nacional, no sabemos si es que esto es un acuerdo al que llegaron en la mesa de negociaciones o es algo voluntario de estas organizaciones. Es una zozobra constante", dijo Olguin Mayorga, líder social de Norte de Santander.
**Con información de agencias
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