En 1948, al suroccidente de Cúcuta, Leandro Cuberos Niño, militar y político nacido en Chinácota, donó unos terrenos muy cerca del barrio Santo Domingo, pero no sabía que aquellos lotes darían paso a uno de los barrios más importantes de la Comuna 10.
Inicialmente, este terreno era llamado por los primeros habitantes como ‘Goajira’ o ‘Patio de Brujas’, pero con el tiempo fue cambiado en honor a la persona que donó aquellos lotes: Cuberos Niño.
Poco a poco, al barrio fueron llegando personas de estratos 1 y 2, provenientes de otros departamentos como el Cesar, Santander, Antioquia e, incluso, de Venezuela, que fueron aportando su ‘granito de arena’ para el crecimiento del sector, el cual limita con Santo Domingo, Alfonso López y la parte alta de San Rafael.
Para fortuna de la comunidad, la administración municipal de ese tiempo instaló varios tanques de agua potable con el fin de abastecer a estos tres sectores, “y la gente iba con su balde o lo que fuera a conseguir el vital líquido”, mencionó un vecino del barrio.
Crearon su parroquia
Gracias a la gestión de varios presidentes comunales como Marco Reyes, Roque Julio Tarazona, Marcos Vera, Vicente Carrillo y Gonzalo Alarcón, se pudo levantar de los cimientos del principal monumento con el que cuenta Cuberos Niño: la Parroquia San Juan María Vianney.