La presentación de resultados realizada en la Biblioteca Pública, Julio Pérez Ferrero, el pasado 22 de noviembre, en el marco del programa “La educación no puede esperar”, que desde hace tres años viene apoyando los esfuerzos del Ministerio de Educación Nacional, para llegar a más niñas, niños y jóvenes que no asistían a la escuela, fue todo un éxito y llamó la atención de la población cucuteña.
Dentro de su ejecución, tiene como prioridad a personas migrantes y refugiadas provenientes de Venezuela, al igual que el apoyo a la niñez más vulnerable de la comunidad de acogida, con un enfoque especial a personas en condición de discapacidad
El programa tuvo como acción estratégica abordar algunas de las barreras que impiden que niñas, niños y jóvenes vulnerables accedan a una educación de calidad inclusiva y equitativa. Esto incluyó un mayor desarrollo de las capacidades institucionales para prepararse mejor y responder a las crisis a nivel local y nacional.
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Así mismo, se basó en un enfoque integral destinado a promover el aprendizaje de la niñez y al mismo tiempo mejorar su protección y bienestar general, cumpliendo con el objetivo de cerrar algunas de las brechas sistémicas que limitan el acceso a una educación de calidad inclusiva y equitativa.
Entre 2021 y 2023, el programa llegó a más de *9.000 cuidadores, 3.500 docentes y directivos en 184 escuelas *en los departamentos de La Guajira, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Antioquia, Norte de Santander, Santander, Arauca y Valle del Cauca, por lo que su ejecución ha impactado de manera positiva no solo a nivel regional, sino también nacional.
Lorena Becerra, Gerente de Educación del área nororiente para esta iniciativa, que se desarrolló en varios municipios del departamento, menciona que aproximadamente 8.000 niños fueron beneficiados con las actividades realizadas durante los tres años, capacitando también más de 3.500 docentes, 9.000 cuidadores y directivos en 184 escuelas al rededor del país, en educación inclusiva, género habilidades socioemocionales, bienestar y educación en emergencias.
Según el director del Consejo Noruego para Refugiados en Colombia, Giovanni Rizzo, el impacto que ha tenido el proyecto dentro del departamento, tiene qué ver en cómo el derecho a la educación es puesto en el tope de la agenda porque “con la educación, un joven, una niña va a ganando la confianza para enfrentar la vida, se le van a abrir más puertas y van formando la voz que le sirve para reclamar otros derechos, por lo que la educación es una puerta, un efecto multiplicador y el proyecto ha contribuido a todo eso”.
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Además, el acceso y las barreras propias de la coyuntura que vive Colombia, incluyendo el tema migratorio, es el epicentro de todas estas actividades realizadas y que por supuesto han ayudado a fortalecer el paso armónico de las infancias por la educación y eliminar los obstáculos que impiden el acceso, como lo menciona Rizzo.
Finalmente, con el fin de propiciar espacios de diálogo entre los participantes que permitan reconocer las barreras y desafíos para seguir trabajando de manera conjunta el tema de educación orientado en la niñez, y a su vez generar un llamado a la acción a todos los actores de la cooperación internacional, sociedad civil, autoridades locales y departamentales, para poner en evidencia la necesidad de continuar apoyando este tipo de iniciativas en Colombia, el evento demostró que es posible ayudar a las poblaciones en condición de vulnerabilidad y hasta el momento espera seguir en funcionamiento durante muchos más años.
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