Tras cinco décadas de espera, los habitantes del barrio Rudesindo Soto ven cada vez más cerca la realización de un sueño largamente anhelado: la construcción de su salón comunal. La reciente administración de Jorge Acevedo, ha destinado una inversión de 20 millones de pesos para hacer posible esta obra, mientras que la comunidad aportará la mano de obra necesaria.
Según Freddy Calvo, presidente de la Junta de Acción Comunal, la iniciativa se concretó tras reuniones y mesas técnicas con la Secretaría de Desarrollo, donde se expusieron las necesidades del sector.
Un espacio rescatado del abandono
El terreno destinado para el salón comunal se ubica en la calle 30 con avenida 17, en un predio antiguo de la Escuela Rudesindo Soto que ha permanecido en el olvido por más de 12 años.
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
Durante este tiempo, el lugar se convirtió en foco de inseguridad y refugio de personas en situación de calle, con acumulación de basura y olores desagradables. La comunidad ya ha solicitado a la empresa de aseo Veolia la limpieza del sitio para dar inicio a las adecuaciones.
"Nosotros evitamos que los niños pasen por ahí porque los que se la pasan ahí es para fumar y meter vicio", expresó Isidro Monsalve, vecino del sector.
La demolición de la estructura abandonada está programada para comenzar en aproximadamente dos meses, una vez la Secretaría de Desarrollo apruebe formalmente el proyecto. Mientras tanto, la comunidad gestiona apoyos adicionales con empresas privadas para garantizar la culminación de la obra sin contratiempos. Además, organizará un bazar para recaudar fondos destinados a la contratación de obreros que lideren los trabajos de construcción.
Un espacio para la comunidad
Ante la falta de un salón comunal, los habitantes han recurrido a realizar sus reuniones en espacios deportivos aledaños. Con la nueva infraestructura, se espera fortalecer la integración social y promover programas de capacitación, entre ellos talleres de confección para mujeres cabeza de hogar, con el fin de impulsar emprendimientos. También se contempla la construcción de un pequeño puesto de salud para facilitar el acceso a atención médica.
La inseguridad en el barrio sigue siendo una de las principales preocupaciones. Según testigos, recientemente se registró un homicidio en el espacio a recuperar, lo que ha generado temor entre los vecinos. La falta de alumbrado en la zona contribuye a la proliferación de actos delictivos.
Expansión del alumbrado público
La administración municipal ha anunciado la expansión del alumbrado público en Cúcuta durante 2025, lo que beneficiará al sector. En la cancha del barrio, donde se llevan a cabo reuniones comunitarias y actividades deportivas, se espera la pronta reposición de diez lámparas quemadas, lo que dificultaba la práctica deportiva nocturna.
"Desde hace tres años yo no juego en esa cancha porque no se ve nada de noche, no tiene luces y por eso no se puede jugar", relató Emanuel Sánchez, habitante del sector.

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El barrio cuenta con tres canchas deportivas donde más de 300 niños de distintas escuelas practican microfútbol. La comunidad ha solicitado inversiones adicionales en estos espacios para fomentar el deporte como estrategia de prevención del delito y el consumo de drogas.
Necesidades compartidas en el barrio 28 de Febrero
La falta de un salón comunal también afecta a los habitantes del barrio 28 de Febrero. Actualmente, las reuniones comunitarias se realizan en la casa del presidente de la Junta de Acción Comunal, Leonardo Gómez, lo que ha limitado la participación en talleres y actividades.
"Se han perdido oportunidades de capacitación por la falta de un espacio adecuado", lamentó Gómez.

Calles en mal estado y falta de alumbrado
Otra problemática que afecta al barrio es el mal estado de sus vías. Según los residentes, las calles de la zona no han recibido mantenimiento desde hace más de 20 años.
La comunidad ha solicitado intervención a la administración municipal, que ha anunciado la reactivación del programa comunidad-gobierno en 2026 para abordar este problema.
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A esto se suma la falta de alumbrado público en varios sectores, incluyendo la Capilla del Calvario, un mirador turístico de la ciudad. Hace tres años, se realizaron estudios para la instalación de luminarias, pero hasta la fecha no se han implementado las mejoras.
"Nosotros nos vemos en la obligación de arriesgar nuestras vidas cada día", afirmó Alba Mariela Gómez, residente del sector, al referirse al peligro que enfrentan quienes regresan tarde de sus trabajos.
La comunidad ha logrado coordinar con la Secretaría de Seguridad Ciudadana la creación de frentes de seguridad, lo que ha permitido la recuperación de bienes robados en algunos casos. No obstante, persiste la necesidad de mejorar la iluminación en la avenida 21 y en la calle 16 con avenida 18, lugares frecuentados por delincuentes.
Este medio intentó obtener declaraciones de la empresa de alumbrado público y de la Alcaldía de Cúcuta, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
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