El superintendente nacional de salud, Fabio Aristizábal, les dijo ayer a los representantes de las EPS que operan en Cúcuta y Norte de Santander que si no hacen un esfuerzo en mejorar las deficiencias por las cuales se están quejando los usuarios, no le va a temblar la mano en seguir liquidando a las que no lo hagan.
El representante del ente de vigilancia le ordenó, en este sentido, al director del Instituto Departamental de Salud, Carlos Martínez, y a la delegada de su despacho para las EPS, a que procedan a cerrar todos los garajes en donde estas empresas estén atendiendo de manera inhumana a los usuarios.
Ayer, en el diálogo con la comunidad que se llevó a cabo en Cúcuta, el mayor volumen de quejas que se plantearon al representante de la Superintendencia Nacional de Salud están relacionadas con la deshumanización de los servicios por parte de las EPS, en especial con los niños, adultos mayores y población discapacitada.
En segundo plano, los veedores de salud denunciaron la violación flagrante y atentatoria contra la vida en que vienen incurriendo las EPS cuando no entregan los médicamente que ordena el médico y, cuando lo hacen, los entregan incompletos, vulnerando el derecho a la vida y a la salud de los pacientes.
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Otro malestar de los usuarios tiene que ver con el ‘carrusel’ en que se ven envueltos cuando la EPS los manda de un lugar para otro y no son atendidos. De esta falla, que ayer quedó evidenciada en gran parte de las quejas presentadas en la audiencia, el Superintendente Nacional de Salud fue claro con las EPS, en especial Nueva EPS, Coosalud, Sanitas, para que contraten y amplíen la red prestadora de salud, porque tal y como lo denuncian los usuarios, siguieron prestando los servicios con los mismos operadores que tenían antes de que se les enviarán los usuarios de las liquidadas Medimás y Coomeva.
Frente a esto que Aristizábal llamó la deshumanización de los servicios, invitó al director del Instituto Departamental de Salud (IDS) a que se ejerza con rigurosidad la vigilancia con las EPS. “Vayan, recorran sus instalaciones y en las que encuentren a adultos mayores haciendo colas, o a usuarios reclamando porque no le entregaron los medicamentos, o porque los tienen de un lugar a otro sin prestarles atención, procedan con las medidas de inmediato, para que hagan valer los derechos de los pacientes”.
Después de cuatro horas de Diálogo con la comunidad, el Superintendente Nacional de Salud detalló que fueron más de 90 las quejas recibidas de los usuarios de la salud de Cúcuta y Norte de Santander. “Es claro por cada una de estas quejas vamos a proceder con las medidas cautelares contra cada una de las EPS involucradas en las denuncias. A cada una de las EPS le vamos a notificar la apertura de la investigación, porque es la única forma de que las cosas que estén fallando mejores”, dijo Aristizabal.
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También les dijo a los representantes de las EPS a que no tomen las quejas como un atentado contra la entidad ni como algo personal.
Aristizábal le dijo a La Opinión que las quejas empezaron a mutar en Norte de Santander, porque hoy (ayer) no se escuchó ninguna relacionada con cáncer, VIH, insuficiencia renal, etc. La tendencia ha ido cambiando y ello fue jalonado por los cambios que han implementado las EPS y por la pandemia.
En este orden, el Superintendente invitó a las EPS a hablar con los proveedores, porque la gran mayoría de las quejas es por autorización de procedimientos y por medicamentos. Esto no puede seguir ocurriendo, les dijo.
Les insistió en mejorar la prestación de los servicios a los niños y la población discapacitada.
Durante 2021, la Supersalud gestionó 7.538 peticiones, quejas, reclamos y denuncias en el departamento de Norte de Santander, de las cuales, 4.661 fueron de Cúcuta, 901 de Ocaña, 489 de Villa del Rosario y 344 más de Los Patios.
Usuarios de EPS suplican ayuda al Superintendente
Por un espacio que duró más de cuatro horas, los usuarios maltratados por el sistema de salud en Cúcuta elevaron ante el Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, sus reclamos y las historias de padecimientos, algunos desgarradores, que han sufrido en medio del colapsado servicio que prestan las Entidades Promotoras de Salud (EPS).
A Marley Diamara García le bastaron los dos minutos de su derecho de palabra, para relatar que lleva 9 años suplicando el cambio de una prótesis de su pierna izquierda, mutilada cuando fue arrollada por un carro.
Era usuaria de Medimás por el régimen subsidiado. No logró por ningún medio que se hiciera una junta médica para atender su caso. Con el cambio a la Nueva EPS, la situación no mejoró. Llorando le suplicó al superintendente una solución.
La prótesis que tiene está partida y para sacar cada cita tiene que caminar desde el barrio El Talento, en el anillo vial occidental, hasta el terminal de Cúcuta y de ahí hasta la avenida 9, sostenida sobre el tubo de la prótesis que tiene partida en varias secciones, lo mismo que el muñón que le produce llagas y le hace sangrar la pierna.
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Cinco veces ha hecho ese recorrido sin éxito, mientras improvisa compresas con gasas y cinta adhesiva para cubrirse las heridas que se le forman de caminar tantos kilómetros en esas condiciones, porque vive sola y no tiene los recursos para costear los pasajes.
“Me dan este número, yo llamo y no me ayudan. Yo soy sola y salgo de la Fortaleza a pie a las 3 de la mañana solita para que me atiendan allá y esa EPS no me quiere solucionar. Yo tengo esa pierna partida, la tengo pelada. Les digo yo, colabórenme, en la clínica Leones, y de ahí me remiten para otra IPS y de la IPS me remiten para Vihonco. Yo no tengo recursos, ayúdenme”, fueron sus palabras al micrófono.
Luz Mery García, madre de un niño de 7 años con parálisis cerebral, llegó con su hijo en una silla de Ruedas. Eran beneficiarios del sistema con Salud Vida y ahora lo pasaron a las Nueva Eps que, según ella, le ha puesto trabas para los códigos de entrega de pañales, dijo al dirigirse al superintendente.
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García, de 36 años y madre de tres niños, también pidió ayuda para que le autoricen una cirugía de vesícula que está “a punto de estrangularse” y una hernia que le salió de tanto cargar al niño. “Tengo todo listo pero me tienen en lista de espera para que me vea en cirujano. Le agradecería enormemente me colaborara porque llego a fallecer, no tengo quién vea de mis otros hijos”, dijo.
La mayoría de denuncias estuvieron relacionadas con la no continuidad del servicio, especialmente de terapias a los niños con discapacidad; la falta de atención preferencial para los adultos mayores, las fallas en la entrega de medicamentos, entre otras.
La representante de Nueva Eps, Johana Carolina Guerrero, indicó que “efectivamente” tienen que hacer ajustes. Sin embargo, manifestó que en cuanto a casos específicos (como el de Marley Diamara García y Luz Mery García) estos serán estudiados en una mesa para proceder con las autorizaciones que sean necesarias.
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