En Colombia, según el DANE, las mipymes representan el 90 % del sector productivo total nacional y, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos - ANIF- las micro, pequeñas y medianas empresas suman más del 99 % del tejido empresarial, aportando alrededor del 40 % del PIB.
Sin embargo, revela la Asociación Colombiana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI) que la mitad de las mipymes quiebran después del primer año y solo un 20 % de las mismas sobrevive al tercero, situación que pone en desequilibrio no a la industria, en distintos sectores, sino también la empleabilidad y la economía nacional.
“No tener una buena administración de los recursos y tomar decisiones de alto riesgo, al querer crecer la venta, ampliar mercado, explorar nuevos puntos de venta o nuevos nichos de mercado sin tener herramientas que permitan identificar los niveles de deuda o el comportamiento de pago de las personas y las empresas respecto a la antigüedad y buen manejo de sus obligaciones financieras, son algunas de las razones por las cuales una mipyme puede atravesar periodos de inestabilidad en el mediano y largo plazo”, explicó Juan Tamayo, Vicepresidente Comercial de Pequeñas y Medianas Empresas de DataCrédito Experian.
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Por lo anterior, Datacrédito Experian entrega una serie de recomendaciones para que los micro, pequeños y medianos empresarios tengan un correcto dominio de la vida crediticia, que les permita gestionar adecuadamente el ciclo de riesgo, así como también algunas pautas para tener control sobre los procesos de venta, cobranza y cartera:
1. Tener una adecuada planeación de los ingresos y gastos
Una buena planeación en el flujo de caja con una buena proyección de los ingresos y una priorización de los gastos, permitirá distribuir adecuadamente los recursos, minimizando, controlando y ajustando las necesidades de recursos financieros.
2. Solicitar créditos, valorando la capacidad de endeudamiento
Pedir un préstamo para solventar los gastos de una empresa es una buena opción, siempre y cuando se solicite el monto y plazo que más convenga, permitiendo tener cuotas que se adapten al flujo de caja. Acceder al cupo máximo aprobado no es lo recomendable y superar el endeudamiento recomendado podría generar problemas de solvencia a largo plazo.
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3. Pagar oportunamente las obligaciones financieras
Es importante estar al día con los compromisos financieros, evitando intereses adicionales por mora. Pagar oportunamente permite a las empresas tener un buen historial crediticio, que más adelante les permitirá acceder a mejores montos, tasas y plazos ayudando alcanzar las metas trazadas.
4. Ahorrar para el futuro
Uno de los mayores beneficios de contar con un plan financiero es poder ahorrar. Si bien al principio cuesta un poco organizarse, no es imposible. Para ello, es importante establecer prioridades para el mes o el año, así no se generarán gastos que no se encuentran dentro del presupuesto.
5. Tener un fondo de emergencias
Si hay organización y una adecuada administración de los ingresos, será más sencillo poder distribuir el dinero según las necesidades e incluso destinar un monto en caso de que se presente cualquier imprevisto. Es mejor estar preparado para lo inesperado y tener un plan de acción listo para ser ejecutado. Importante, hay que recordar que este fondo debe ser usado de forma responsable y únicamente para cubrir situaciones de primera necesidad.
6. En reactivación, digitalice la empresa
Los canales de distribución y atención al cliente deben trasladarse paulatina pero eficientemente al mundo digital. La automatización de los procesos genera modelos de negocio sostenible que están a la vanguardia de las necesidades del mercado.
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