“Ya vengo, voy al taller de mi tío”, fueron las últimas palabras que los familiares que vivían con Misael Antonio Urrea Almeida, ‘Chiqui’, le escucharon decir momentos antes de ser asesinado por desconocidos que se movilizaban en una motocicleta.
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El hecho se registró ayer, a la 1:30 de la tarde, en una ferretería y taller de motos, de la manzana 42 lote 28-1 del barrio Palmeras, parte baja.
En la casa de su tío, ubicada a una cuadra y media de donde vivía, eran evidentes los rastros de tristeza en sus primos, quienes fueron testigos del dramático homicidio, pues se encontraban hablando con él, en el frente de la casa, cuando arribaron los agresores.
Los delincuentes llegaron en una moto Libero, gris. Enseguida, el parrillero le dijo: “aquí le mandaron” y le disparó en cinco oportunidades. Luego escaparon,
El caos se apoderó de la vivienda, mientras uno de sus primos lo trasladó al policlínico de Juan Atalaya. Según ellos, alcanzó a ingresar con signos vitales al centro médico.
“La gravedad de las heridas fue demasiado y murió. En los últimos días no lo vimos comportarse distinto o estar preocupado por alguna amenaza, él estaba normal. Tenía solo 24 años”, expresó uno de los familiares.
Unidades policiales junto con el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía acordonaron la ferretería y adelantaron las pesquisas del homicidio, así como las entrevistas previas con los testigos.
Allí encontraron solo un proyectil de todos los disparados y el leve charco de sangre de Misael, a pocos centímetros de la vivienda.
Una fuente policial, explicó que Urrea Almeida recibió los tiros en la espalda, el tórax, el brazo derecho, el pecho y su pierna derecha.
Los vecinos, que alcanzaron a escuchar las detonaciones, aseguraron que ese tipo de hechos violentos no son tan recurrentes en su comunidad. Sin embargo, luego del homicidio han comenzado a sentir zozobra por recorrer sus calles.