Valiéndose de su avanzada edad y de su apariencia inofensiva, un abuelo de 82 años se dedicaba a cometer robos usando escopolamina.
Su estrategia más usada era la de analizar en la calle a sus posibles víctimas, en su mayoría mujeres, a las que se les acercaba pidiendo ayuda para encontrar una dirección.
En un papel camuflaba la sustancia psicoactiva y cuando estaban en estado de indefensión procedía a hurtarles dinero u otros objetos de valor.
Casi siempre la excusa para abordar a las incautas ciudadanas en el centro de Cúcuta era la de encontrar un punto donde pudiera reclamar un premio de lotería que supuestamente se había ganado, argumentando además que tenía dificultad para leer, luego acercaba al rostro de las víctimas una falsa boleta impregnada con la sustancia tóxica.
Debido a que se comenzaron a recibir denuncias de varias mujeres que coincidían en las mismas características, modalidad de robo y descripción física del presunto responsable, las autoridades estaban más que seguras que se trataba de una misma persona.
Es por eso que los investigadores de la Sijín le venían siguiendo los pasos desde hace más de año y medio ‘Escopolamino’, de quien cuya identidad era todavía un misterio.
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Un accidente lo delató
Y como bien dice el refrán, “primero cae un mentiroso que un cojo”, el dinamizador del delito de hurto con sustancias tóxicas como la escopolamina, según la Policía, fue ubicado en un centro médico a donde ingresó luego de sufrir un accidente de tránsito.
Allí fue reconocido por una de las tantas víctimas que de inmediato avisó a los investigadores, quienes lo identificaron como Luis Antonio Lamus Rodríguez y procedieron a capturarlo, trasladándolo hasta las instalaciones de la Fiscalía, en donde un juez de control de garantías lo cobijó con la medida de casa por cárcel.
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Así operaba
Uno de los delitos por los que acusan a Lamus Rodríguez, es el hurto ocurrido el pasado 20 de enero. Ese día, el hombre habría abordado a una mujer en la calle 11 entre avenidas 3 y 4 del centro de Cúcuta, con el mismo pretexto con el que ya venía delinquiendo, luego de tenerla bajo el efecto de la escopolamina y en estado de indefensión, junto con un cómplice, procedieron a llevarla unas cuadras más adelante donde le hurtaron un teléfono celular, dinero y joyas.