Abrumadas, así quedaron las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) y de Bomberos que participaron en el rescate de un cuerpo sin vida, que desde la tarde del viernes flotaba en las aguas pichas que desembocan en el canal Bogotá, especialmente en el tramo que pasa por el Anillo Vial Oriental.
Funcionarios judiciales y socorristas no podían creer lo que estaban viendo: un cadáver sin cabeza. Así como lo leen, ¡un hombre decapitado!
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Este macabro hallazgo es el claro ejemplo de los niveles extremos a los que ha llegado la violencia que hoy azota a Cúcuta y que ya deja 132 personas asesinadas, en lo que va de 2024.
Y lo peor de todo es que las autoridades no tienen una explicación clara sobre este reciente hecho que se conoció, mientras que sobre el resto de sucesos se limitan a decir que la guerra entre bandas criminales y delincuenciales ha aumentado los homicidios en la capital de Norte de Santander.
¿Cómo ocurrió?
El viernes, hacia las 5:30 de la tarde, algunas personas que se movilizaban por el Anillo Vial Oriental, muy cerca de la Penitenciaría de Cúcuta, vieron un enorme bulto flotando en la pichera que llega a la extensión del canal Bogotá.
Al principio pensaron que no era nada raro, pero al acercarse más, alcanzaron a ver un brazo y parte de la camiseta verde que tenía puesta el cuerpo.
En medio de la incertidumbre y zozobra, uno de los curiosos llamó a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) y alertó sobre el hallazgo.
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Minutos después, unas patrullas de la Mecuc llegaron al sitio señalado y certificaron la información: un cadáver estaba flotando en el agua putrefacta.
Los uniformados de inmediato se contactaron con la Brinho, pero fue necesario que los bomberos se hicieran presentes para sacar el cuerpo, motivo por el cual solo hasta las 9:30 de la noche se pudo llevar a cabo la inspección técnica del cadáver.
Lo hallado
En medio de la oscuridad y aguantando el olor fétido, pero usando el equipo adecuado, las unidades de Bomberos se metieron a la pichera y en 15 minutos llevaron el cadáver a la orilla, donde estaban los peritos forenses.
Al recibir la enorme bandeja metálica donde pusieron el cuerpo, las unidades de la Brinho iniciaron la inspección técnica y lo primero que notaron es que había sido decapitado, tenía las piernas amarradas con un cable negro y que el cuerpo estaba dentro de unos costales blancos.
El hombre vestía camiseta verde, pantalón negro y solo llevaba puesto un tenis de color blanco. Los peritos forenses no pudieron ver si tenía tatuajes, pues estaba totalmente embarrado y no lo sacaron de los costales por los protocolos forenses.
Como el cadáver no fue identificado, Medicina Legal será la encargada de establecer quién es y que un familiar se acerque a reconocerlo plenamente.
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