En el barrio Aeropuerto, ayer los habitantes se despertaron con la lamentable noticia de que José Pastor Torrealba Barrios, conocido como ‘El Flaco’ o ‘El Chulo’, había fallecido y su familia no tenía los recursos suficientes para llevarlo a Venezuela y darle el último adiós.
Por eso, quienes lo conocieron, pensaban en la forma de conseguir los recursos suficientes para reclamar su cuerpo, cremarlo y enviarle las cenizas a sus familiares.
‘El Flaco’ era servicial
Con los ojos aguados, entre la tristeza y el dolor, recordaban a ‘El Flaco’ como un hombre honrado, al que conocieron como un ‘humilde servidor’.
“El llevaba años con nosotros, nunca conocimos que robara, al contrario, todo el mundo lo quería porque era muy humilde y ayudaba al que lo necesitara. Jamás conocimos que robara a alguien, nunca lo hizo”, manifestó una de las vecinas del sector donde era conocido.
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Hace tres años, aproximadamente, tenía José Pastor ahí. Y solo se dedicaba a cuidar carros y cargas bolsas, a cambio de unas monedas.
“Nosotros lo conocimos como un joven muy honrado. Varias veces lo dejamos cuidando nuestro puesto de flores y nunca nos robó, solo nos daba el producido que hiciera y luego nosotros le ayudábamos con algo, por el favor”, sostuvo otra comerciante de ese sector.
¿De qué murió?
La noche del miércoles, los policías del cuadrante del Aeropuerto encontraron a José Pastor sentado debajo de un árbol, sin señales de vida.
Tras verlo, a las 7:00 p. m., los uniformados lo trasladaron hacia el Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde esperaban que los médicos pudieran hacer algo, pero el hombre llegó muerto.
Según se pudo conocer, ‘El Flaco’ tenía una enfermedad crónica: diabetes. Pese a que no tenía forma de conseguir la Insulina que era necesaria para solventarse, la comunidad buscaba la forma de ayudarlo para que él consiguiera su medicamento.
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Precisamente, el hombre, el miércoles, habría tenido una sobredosis de insulina y eso habría provocado que su salud se debilitara.
Llegó fuerte y la vida lo golpeó
Cuando José Torrealba arribó de Venezuela, lo hizo con fuerza y con un aspecto diferente que tomó con el pasar de los años.
Presuntamente, una separación lo llevó a vivir en la calle y alimentarse con lo que los vecinos le ayudaran o la comida que le brindaran. Con los años, se ganó el cariño de la gente.
Por eso, los vecinos del hombre, de 25 años, esperan que personas solidarias puedan ayudarlos para gestionar la cremación del cuerpo.
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