La noticia sobre un nuevo hecho violento en Cúcuta se regó como ‘pan caliente’. En cuestión de minutos, la población sabía que en la ciudadela Juan Atalaya habían matado a una persona.
El hecho se registró el viernes, a las 8:32 de la noche, en el sector Natilán, exactamente en la manzana H del barrio Atalaya Primera Etapa.
La rumba por ese sector marchaba en completa normalidad hasta que el sonido de las balas irrumpió la tranquilidad, alertando a los vecinos y transeúntes que de inmediato buscaron refugio.
Según algunas versiones, cuando Jeferson Castrillón Pabón, de 25 años, se encontraba departiendo con su hermano en una de las bancas que hay en vía pública, fue atacado a balazos.
“Ellos ya llevaban bastante ratico de estar ahí sentados, habían otras personas que los estaban acompañando, era como un parche que formaron. Eso sí, estaban consumiendo droga en ese momento”, comentó un residente del barrio.
Se pudo conocer que fue un solo hombre armado el que se acercó a Castrillón Pabón y sin mediar palabra, le empezó a disparar en repetidas oportunidades propinándole por lo menos cuatro balazos. Luego, salió corriendo del lugar, sin dejar rastro alguno.
La víctima cayó tendida en el piso, agonizante, mientras su hermano y quienes fueron testigos del hecho, lo auxiliaron rápidamente trasladándolo hasta el Policlínico de Atalaya, sin embargo, por la gravedad de las heridas, se confirmó su muerte.
La comunidad alertó a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que justo estaba a escasos metros del lugar. No obstante, a pesar de la cercanía de las autoridades, el agresor logró escapar sin ser identificado.
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Más tarde, fue la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) la encargada de adelantar la inspección técnica de la escena, encontrándose con seis vainillas 9 milímetros, un cartucho y una dosis de estupefacientes.
“Ese sector está abandonado desde hace mucho tiempo y ha sido utilizado, sobretodo en la noche, por los consumidores. Ahí siempre se hace un gordo que es el jíbaro de esta zona, él estaba con ellos pero se fue, al rato pasó lo que pasó”, relató un comerciante del sector.
Aunque la víctima no tiene antecedentes judiciales, las autoridades no descartan que se trate de un ajuste de cuentas por temas relacionados con el tráfico local de estupefacientes.
Se pudo conocer que Castrillón Pabón había trabajado recientemente en una hielera pero desde hace un mes estaba desempleado. Según algunos residentes de la zona, el hombre no vivía por ese barrio pero sí lo habían visto en repetidas oportunidades por allí.
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