Solo 25 días han pasado desde que el Ejército de Liberación Nacional (Eln) levantó el cese al fuego y ya Norte de Santander se sumerge nuevamente en los días oscuros de angustia y miedo. Un departamento que alguna vez albergó la esperanza de la paz, ahora enfrenta el devastador regreso de una violencia que nunca debió renacer.

¿Es este el futuro que le espera a la región una vez más? Un territorio marcado por el dolor y el sufrimiento, obligado a revivir el frío y despiadado accionar de una guerrilla que, con su paso, solo deja un rastro de sangre y destrucción.

El enfrentamiento

La mañana de ayer, un enfrentamiento entre el Ejército y presuntos miembros del Frente Juan Fernando Porras Martínez del Eln dejó un saldo de cuatro guerrilleros muertos y uno herido. La operación militar se desarrolló en una vereda que limita con Bucarasica, Ábrego y Sardinata.

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Desde las 5:00 a.m., tropas del Ejército se desplegaron en la zona, tras recibir información sobre un posible ataque violento contra una unidad militar.

Inteligencia militar, que había estado siguiendo a este grupo desde hacía una semana, habría identificado a los hombres como presuntos miembros del Eln, quienes planearían sembrar el terror en la región, utilizando casas y escuelas como escondites.

Ayer, con el apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana, las unidades militares lanzaron una operación en la zona rural, que dejó como resultado la muerte de cuatro presuntos guerrilleros y la captura de otro, quien fue trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz, de Cúcuta.

Durante la operación, los militares se incautaron de cuatro fusiles, uno de ellos con mira de francotirador, junto con abundante material de guerra, equipos de comunicación, explosivos, pañoletas y brazaletes alusivos al Eln.

"Estos individuos se dedicaban a generar zozobra en la región mediante actividades delictivas como la recolección de dineros provenientes del narcotráfico, extorsiones, ataques contra la población civil y la Fuerza Pública, así como proselitismo", afirmó el general Mario Contreras, comandante de la Brigada 30.

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Además, según información recopilada por inteligencia militar, estos presuntos guerrilleros serían responsables del reclutamiento de jóvenes, a quienes sometían a estrictos entrenamientos.

Como represalia

Tras sufrir un contundente golpe por parte del Ejército, la guerrilla del Eln decidió cobrar venganza, asesinando a un joven soldado en la base militar La Esmeralda, en Convención.

Utilizando un francotirador, el ataque se llevó a cabo a la 1:00 de la tarde, mientras José David Villa Solano, de 19 años, cumplía con sus labores como centinela.

El soldado fue impactado en el tórax por un disparo de largo alcance. A pesar de los esfuerzos inmediatos por auxiliarlo, Villa Solano falleció en el lugar.

Este joven, adscrito al Batallón Especial Energético y Vial N°21 de la Fuerza de Tarea Vulcano, era oriundo del Atlántico.

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