La noche del miércoles cerró con otro homicidio, sumándose a los tres muertos y dos heridos que se registraron ese mismo día.
La detonación de varios disparos alertó a los residentes de los alrededores del parque Las Llantas, del barrio Aniversario II, quienes buscaron un refugio para evitar ser alcanzados por las balas.
La comunidad de ese sector, ubicado en la calle 9 con avenida 19, vivió minutos de temor pues sabía que el sonido de los disparos era el anuncio de que habían matado a alguien en el barrio.
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Cuando la calma regresó, los residentes decidieron salir a percatarse de lo que había sucedido, encontrándose con que el parque yacía el cuerpo sin vida de Jesús David Contreras Durán, de 27 años. La víctima recibió nueve balazos en su cuerpo.
La víctima, que vestía una franela de color rojo, una sudadera y chanclas, quedó tendida de medio lado, cubriéndose el rostro con una gorra negra y abrazando un panfleto que anunciaría el por qué se habría dado el crimen.
“Por extorsionistas”: era el mensaje que se leía en el papel. Quienes se percataron del cuerpo, alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que llegó al sitio a verificar lo que la comunidad le había informado.
Minutos más tarde, arribó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) a adelantar la inspección técnica y el levantamiento del cadáver, encontrándose con ocho vainillas 9 milímetros.
Se pudo conocer que al hombre asesinado le dirían alias ‘El Topo’ y sería un reconocido consumidor y expendedor de estupefacientes del sector.
Al parecer, se la pasaba tapando huecos en las calles del barrio Santa Ana, pero merodeaba por los sectores aledaños, incluso, según la comunidad, el parque Las Llantas sería uno de los sitios que usaba para el tráfico local de estupefacientes.
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“Este se supone que es un lugar para el esparcimiento de los niños y adultos, pero dejó de ser un centro recreativo para convertirse en un lugar para el consumo de droga. ‘El Topo’ era uno de esos y creo que se llamaba David”, comentó una residente del barrio.
Según las autoridades, la víctima habría sido convidada por otra persona para llegar a ese sitio en la noche y, estando allí, lo dejaría a merced de los sicarios que, sin mediar palabra, le dispararon en repetidas oportunidades.
“Fueron muchos los disparos que se escucharon, nosotros corrimos a buscar dónde meternos. Cuando vimos que era él, ya sabíamos por dónde iba la cosa. El papá de él tiene un negocio de comidas rápidas y no es ningún habitante de calle”, añadió la mujer.
La hipótesis que manejan las autoridades es que el hecho se registró por el control territorial del estupefaciente.
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