Los ruidos caseros que María* y Pablo* estaban acostumbrados en su cotidianidad dentro de su humilde vivienda fueron interrumpidos de golpe el sábado, a las 9:40 de la noche, cuando sonaron cuatro detonaciones de arma de fuego a muy pocos metros de su hogar.
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En la vivienda, ubicada en un improvisado camino peatonal rodeado de maleza a un costado de la avenida 6 del barrio Sevilla, parte alta, de inmediato se encendieron las luces y mientras la mujer acompañaba a sus hijos al cuarto para que no salieran su pareja salió a mirar. Afuera encontró a un hombre desplomado boca abajo.
“Eso fue temprano, estábamos ahí en la casa cuando sonaron los disparos, lo primero que pensamos es que había sido pólvora, pero igual salí a verificar y entre la oscuridad alcancé a ver un tipo acostado en el matorral, que quedaba al lado del sendero. Al rato, esto se llenó de policías”, explicó Pablo*.
Y así fue, al poco tiempo de que el homicida huyera, siguiendo el estrecho camino del sendero, colina abajo, las autoridades llegaron al sitio y confirmaron la muerte del joven, quien hasta el cierre de esta edición seguía sin ser identificado.
“Llegaban patrullas, hablaban con otros uniformados y se iban rápido a vigilar la zona, por si encontraban al responsable. Pero no nos metamos mentiras, nadie podría saber quién mató ese pelado, este camino es muy oscuro y la maleza también ayuda a camuflar gente”, aseguró María*.
Lo que se conoce hasta ahora, es que la víctima tenía una camisa azul de la Selección Colombia, unos zapatos negros y una pantaloneta deportiva azul oscura. Tendría entre 20 a 25 años de edad.
Por ahora, la principal hipótesis del homicidio se debe a un ajuste de cuentas, porque en ese sector es común que transiten consumidores de estupefacientes, dijo uno de los investigadores de la Brigada Interinstitucional Contra Homicidios (Brinho).
En el lugar del homicidio no se acercó ningún familiar ni fue reconocido por los vecinos, quienes aseguraron que la víctima no era de ese sector.