El resonar de 11 tiros, el pasado miércoles, en el barrio Toledo Plata, generó momentos de zozobra y terror en la comunidad, que corrió a buscar refugio, mientras la calma retornaba al sector. Lo único que algunos habitantes recuerdan es ver a un hombre armado persiguiendo a un joven que pedía auxilio.

El hecho se registró a las 4:40 de la tarde, en la calle 13 con avenida 17, de ese barrio de la Comuna 6, cuando varios jóvenes estaban reunidos, al parecer, consumiendo estupefacientes.

“Desde hace un tiempo, en esa esquina se hace un indigente y a los minuticos se reúnen varias personas ahí. Nosotros creemos que ese es el punto donde venden la droga”, comentó una residente del barrio.

Según algunas versiones, un hombre que estaría encapuchado y que se movilizaba en una motocicleta, llegó hasta el lugar donde estaban reunidos por lo menos 6 jóvenes y al identificar a su víctima, empezó a disparar.

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“Todos empezaron a correr como hormiguitas, se esparcieron en cuestión de segundos, pero el sicario venía era por ese muchacho, porque lo marcó y le dio bala hasta que se cansó”, relató la mujer.

A pesar de que el joven intentó correr para salvaguardar su vida, el pistolero lo habría perseguido hasta alcanzarlo, a mitad de cuadra, entre las avenidas 17 y 18, y matarlo. Tras cometer el crimen, emprendió la huida.

Aunque la comunidad intentó auxiliar a la víctima, se percataron que ya no presentaba signos vitales, por lo que no quedó de otra que llamar a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) para que se pusieran al frente del caso.

“Un vecino alcanzó a ver que el muchacho como que quiso tirarse debajo de un taxi que estaba estacionado en la cuadra, pero no alcanzó. El otro iba en moto y por eso no le dio tiempo de nada”, dijo la habitante del sector.

Las autoridades lograron identificar a la víctima como Camilo José Ramos Jiménez, de 22 años, quien sería trabajador en un autolavado. Esta persona sería conocida como ‘Perico’ o ‘Loquito’.

La comunidad coincidió en que el joven no vivía en ese barrio y que, al parecer, frecuentaba la zona solo para consumir estupefacientes.

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Mientras la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) adelantaba la inspección técnica de la escena y el levantamiento del cadáver, varios familiares de Ramos Jiménez llegaron al lugar a llorar a su ser querido. Allí, se encontraron 11 vainillas y 2 proyectiles.

“Varias casas quedaron marcadas por la balas, porque eso fue una detrás de otra, cuando lo estaba persiguiendo, por eso las fachadas se afectaron. Esto es el pan de cada día, nosotros vivimos con miedo desde que esa gente se apoderó de esa esquina para sus vueltas”, aseguró otro residente del barrio.

Se pudo conocer por parte de las autoridades, que este crimen estaría relacionado a un posible ajuste de cuentas.

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