Contrario a lo que informaron varios medios de comunicación el pasado 25 de enero, Willinton Henao Gutiérrez, alias Mocho Olmedo, no murió en la masacre ocurrida en zona rural de Teorama.
Ese mismo día, La Opinión desmintió la información, asegurando que el hombre no estaba entre las 13 víctimas de ese hecho violento.
Los rumores sobre su supuesta muerte se desataron tras el ataque armado en el que un grupo de hombres fue acribillado en una zona de confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y la disidencia de las Farc.
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Sin embargo, este 7 de febrero, se confirmó que Henao Gutiérrez estaba vivo y que, junto con otros diez hombres bajo su mando, se entregó voluntariamente a las autoridades.
¿Un sometimiento estratégico?
La entrega de estos once integrantes de la disidencia de las Farc ocurrió en un momento clave, justo cuando el Gobierno Nacional expidió la Resolución 0032 de 2025, en la que reconoce a ciertos miembros del Estado Mayor de los Bloques Magdalena Medio, comandante Gentil Duarte, como gestores de paz.
En el documento se especifica que, como representantes del grupo denominado "Comandante Jorge Suárez Briceño y Frente Raúl Reyes FARC-EP", se designó a Willinton Henao Gutiérrez y a Elkin Damián Quintero para participar en la Mesa de Diálogos con el Gobierno Nacional.
Este reconocimiento les permitiría acogerse a eventuales beneficios jurídicos dentro del proceso de negociación.
Huyendo del Eln
La decisión de Mocho Olmedo de entregarse a las autoridades se produjo en medio del conflicto armado que se desató el 16 de enero en el Catatumbo entre el Eln y la disidencia de las Farc.
Ambas estructuras se disputan el control del narcotráfico y los corredores estratégicos en la frontera con Venezuela, lo que ha provocado una escalada de violencia en la región.
Pese a que en un principio Henao Gutiérrez se mostraba firme en la confrontación, un video difundido semanas antes de su entrega reveló su postura desafiante frente a la guerra con el Eln.
En la grabación, el disidente se dirigió a sus compañeros asegurando que seguirían en pie de lucha:
"Desde las montañas de nuestro territorio catatumbero, le mandamos un gran saludo al pueblo colombiano, al camarada Jhon, al camarada Andrey, al camarada Richard. Aquí estamos disponibles las 24 horas del día para contrarrestar las adversidades que se nos presenten. Todos estos obstáculos estamos acostumbrados a vivirlos, pues somos hombres de guerra y para esto estamos entrenados. Estamos firmes, dispuestos a dar hasta la última gota de sangre por defender nuestro territorio. Cosas que no queríamos que se presentaran, pero se presentaron, entonces ahora nos toca ponerle el pecho duro”.
Sin embargo, su discurso bélico duró poco. La presión del Eln, que había desplegado ataques selectivos contra la disidencia en distintos puntos del Catatumbo, hizo que el panorama cambiara.
Según información conocida por este medio, Mocho Olmedo sobrevivió a un atentado del Eln y, al sentirse acorralado, optó por entregarse a las tropas del Ejército Nacional.
La entrega
El sometimiento de Henao Gutiérrez y su grupo se dio cuando soldados de la Segunda División del Ejército Nacional realizaban operativos en el marco del Plan Catatumbo en zona rural de Teorama.
Durante las patrullas de control, los militares recibieron una alerta en la que un grupo de guerrilleros manifestaba su intención de rendirse.
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Al llegar al punto acordado, los uniformados encontraron a los once hombres, entre ellos a Willinton Henao Gutiérrez, quien era el segundo al mando del Frente 33 de la disidencia de las Farc.
La rendición del grupo fue atendida con cautela por parte del Ejército, que desplegó una operación especial para su extracción.
Una vez en custodia, los hombres fueron trasladados hasta las instalaciones de la Brigada 30, en Cúcuta, donde se adelantan los procesos judiciales correspondientes.
El prontuario del Mocho Olmedo
Alias Mocho Olmedo era considerado uno de los hombres de confianza de Andrey Avendaño, líder del Frente 33.
Su historial criminal lo vinculaba con varios hechos de alto impacto en la región, por lo que su captura o muerte eran objetivos prioritarios para las autoridades.
Uno de los eventos más recordados ocurrió en octubre de 2021, cuando participó en el secuestro de 180 soldados que realizaban un operativo de erradicación de cultivos ilícitos en el Catatumbo.
Además, su nombre apareció en la investigación por el asesinato de la fiscal especializada Esperanza Navas, ocurrido el 9 de junio de 2021 en Tibú.
La funcionaria tenía a su cargo expedientes relacionados con narcotráfico, homicidios y rebelión, lo que la convirtió en un objetivo para los grupos armados ilegales.
Henao Gutiérrez también estaba vinculado con múltiples casos de secuestros, extorsiones y homicidios en la región, consolidándose como uno de los cabecillas más temidos en el nororiente colombiano.
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