El proyecto insolvente
El coordinador de la Oficina de Gestión de Riesgos de Ocaña, Gustavo Adolfo Paba Navarro fue categórico al afirmar que no hay plata para saldar ese compromiso con la comunidad.
Explicó que, de las tres fases ordenadas por el juez de la República, dos se han conjurado y falta la última por la carencia de recursos.
“Se eliminó el riesgo con la reposición de la red de aguas residuales que pasaban por debajo de las viviendas, porque la gente construyó encima de las tuberías. El segundo paso fue la pavimentación de toda la vía principal del barrio y la tercera exigencia no se ha podido cumplir por la carencia de plata.
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Se han entregado ayudas humanitarias y subsidios de arriendo a los damnificados, pero a la fecha no se ha logrado la canalización de los dineros para remediar el problema”, explicó el funcionario.
Asegura que se han tocado las puertas de la Unidad Nacional para brindar una salida pronta a esa eventualidad, pero ninguno de los tres directores salpicados con los escándalos limita las acciones y ocasiona la demora en el análisis de los proyectos con mayor rigurosidad.
Antecedentes de corrupción que salpican todo tipo de iniciativa y el barrio Las Mercedes de Ocaña no ha sido la excepción. “La gente está inconforme, pero hemos hecho lo humanamente posible para canalizar las ayudas y recursos, pero no proceden a la destinación específica de unos mil millones de pesos para remediar la situación”, apuntó Paba.