Larga espera
Desde la administración de Luis Alfonso Díaz Barbosa, en el año de 2007, todo el sistema estaba apagado debido a la voluntad política tanto de la empresa pública como privada.
Centrales Eléctricas coordinó la iluminación del sector y el Segundo Distrito de la Policía Nacional desplegó un esquema de seguridad para brindar protección a las personas que visitan el lugar. Asimismo, la comunidad conjuntamente con el párroco de San Agustín, sacerdote José Luis Pérez, procedió a la instalación de bancas.
Debido al conflicto generado entre la alcaldía y la Empresa de Servicios Públicos, relacionado con la licitación, en esta ocasión no se reportó el aporte de la administración municipal, sin embargo, esperan que para la temporada de comienzos de año se regule el carnaval en el parque ya que la gente daña los dispositivos y pinta las paredes del templo.
El presidente de la Junta de Acción Comunal, Víctor Ramón Yaruro Boada, resaltó el apoyo a esa comunidad que desde hacía rato estaba solicitando la ayuda para recuperar la fuente luminosa. “Ahora se vive un nuevo ambiente ameno, donde los niños corren por el parque y los padres de familia encuentran un oasis, luego de agotadoras jornadas durante el día”, precisó.
Instó a la gente a cuidar ese atractivo y se analizara con las autoridades un sistema de seguridad para que los ciudadanos vuelvan al parque. “Todos ponen su granito de arena, la Espo ayuda con la reparación del engranaje mecánico, Cens con el embellecimiento y la policía con la seguridad”, agregó.
Espera que la administración durante los carnavales declare el parque como zona cero para evitar desmanes y actos bochornosos de aquellos desadaptados sociales, exclamó.