Una ola alcista se reporta en los productos de la canasta familiar de la plaza de mercado de Ocaña como consecuencia del paro armado que generó una parálisis en el intercambio comercial.
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Las amas de casa manifiestan que el huevo y el queso están por las nubes y la plata es insuficiente para adquirir esos alimentos esenciales para preparar las comidas.
“Antes de la pandemia 50 mil pesos rendían, llevaba un pollo, huevos y queso. Ahora por más que tacemos, no alcanza ni 100 mil pesos para llevar lo mismo”, manifiesta Claudia Navarro Quintero.
En efecto el cartón de huevos que estaba a 10 mil y hasta 12 de acuerdo a la clasificación ahora se vende a 13 e incluso 15 mil pesos. Eso obliga a los tenderos a ofrecer el producto a 500 y hasta 600 la unidad.
El queso pasó de 16 mil a 17 mil el kilo debido a los cotos en el transporte desde el departamento del Cesar, afirman los comerciantes.
El pollo se ofrece el kilo a 8 mil 800 pesos y antes se encontraba a 8 mil 500, aseguran las amas de casa.
La papa que se conseguía a 3 mil pesos el kilo supera los 4 mil 300 pesos. La yuca estaba a 2 mil 200 el kilo y después del paro a 2 mil 600. El plátano subió de 2 mil a 2 mil 500 el kilo.
En materia de pescado la mojarra se elevó de 13 mil a 15 el kilo y el bocachico está escaso en la plaza de mercado, pero el preció alcanza entre 24 y hasta 26 mil pesos el kilo.
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Las madres de familia manifiestan que el bulto de maíz como materia prima para elaborar las arepas en el hogar subió de 130 mil pesos a 150 y por ende ese producto típico de la gastronomía local se incrementó 100 pesos más.
Sector avícola el más afectado
El comerciante, Manuel Alexander Jácome, tiene unos galpones en el corregimiento de La Ermita e indica que los pequeños productores sienten con gran rigor los efectos del paro armado.
Asegura que luego de la pandemia los insumos se han incrementado en casi un 45 por ciento y no pueden trabajar a pérdidas. “Se compran medicamentos, vacunas, antibióticos, concentrados y elementos de bioseguridad que son costosos ya que Colombia importa más de 6 millones de toneladas, pues no se produce en el país”, agregó.
Dice que las alzas son grandes y para surtir el mercado deben pagar. “El bulto de purina subió de 50 a 80 mil pesos y lo grave del caso es que no se vislumbra una solución”, reiteró.
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Confirma que la canasta de huevo se vende entre 12 a 13 mil pesos y el tendero debe mirar el precio fijado por unidad. “Estamos sobreviviendo a esta crisis económica ya que el gobierno nacional apoya es a los grandes empresarios”, exclamó.
El pueblo lleva del bulto
El comerciante Airiel Casadiego señala qua la situación está difícil ya que los productos suben debido a los altos costos de los insumos importados. “Es difícil la situación y lo grave del caso es que los grupos alzados en armas no piensan en el pueblo que paga los platos rotos de los problemas sociales”, agregó.
Ante la parálisis las casas distribuidoras se abstienen de enviar la mercancía ya que temen la quema de los automotores. “Apenas el mercado se está reponiendo de los efectos del paro, Dios quiera que no se repita, porque estamos atravesando por una crisis luego de la pandemia”, agrega.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de Ocaña, Felipe Nery Meza Quintero, señala que las pérdidas no se recuperan e insta a los compañeros a seguir trabajando. “Los campesinos sufren el mayor impacto ya que las cosechas de tomate, cebolla y frutas fueron afectadas con la parálisis. En esta recesión llegan los productos con nuevos precios y a lo anterior se suma el incremento en los precios de los insumos importados. El gobierno nacional no tiene una política de subsidios y por ende la carestía ya que la parálisis fue total en el sector transportador”, agregó.
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Los comerciantes de Ocaña esperan la implementación de programas encaminados a ayudar al sector agropecuario e insisten con unos acercamientos entre el gobierno nacional y los grupos en conflicto para llegar a unos acuerdos y evitar esos paros que en últimas afecta es a la misma comunidad.
Desaceleración de la economía
El director de la Cámara de Comercio, Rubén Darío Álvarez Arévalo, manifiesta que todo acto que interrumpa la dinámica repercute en los bolsillos de los consumidores como en los empresarios de la región.
“El paro armado, infortunadamente hizo que todos los proveedores agrícolas que tenían sus cargas para surtir el mercado de Ocaña, no pudieran hacerlo. Asimismo, todo aquel que tenía negociaciones en otras ciudades se abstuvo por los riesgos”, agregó.
Recordó el caso de los tres camiones de ocañeros que fueron incinerados en una trocha en el municipio de Pailitas, cuyos conductores no podían esperar porque transportaban productos perecederos. “Son pequeños empresarios que estaban pagando los vehículos y hay una pérdida total y absoluta”, agregó.
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Indica que se presentan algunas especulaciones en los precios de la canasta familiar e industrial viene desde hace rato y algunos aprovechan la coyuntura. “Se aumentaron los costos de los insumos y permanecen a ese nivel. El gobierno nacional promete la promulgación de unos decretos para bajar los aranceles en la importación de insumos agropecuarios de tal manera que compense la producción a costos altísimos de los labriegos y por eso los costos están por las nubes”, agregó.
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