Con el logro histórico alcanzado el mes pasado por el caficultor de Ragonvalia Domingo Torres Angulo, quien obtuvo 120,50 dólares por la libra del grano que cultiva, en la octava edición de la subasta internacional de los 27 mejores lotes del país, un hito para el sector cafetero del país.
Torres también ganó el tercer lugar con su segundo lote de café, subastado en 93,50 dólares, superando al resto de caficultores nacionales. Con su trabajo, el campesino ha demostrado que Norte de Santander tiene mucho potencial para dar al mundo el mejor café de Colombia.
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Y es que junto Domingo Torres estuvo el caficultor de José de La Cruz Ropero Picón, de Toledo, quien también llegó a la final de la subasta internacional con su lote, cuyo precio por libra se ubicó en 13 dólares, comprado por la empresa Toreschi Impex SRL.
Ropero obtuvo el 2° puesto en el Atributo de Acidez, en el 8° Concurso Nacional de Calidad Colombia Tierra de Diversidad, que se desarrolló un día antes de la subasta. En esta edición participaron 40 productores, quienes fueron saliendo al trascurrir las etapas del evento.
De acuerdo con el director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros, Ricardo Mendoza, esto también es resultado del trabajo que vienen haciendo con los productores de la región en la transferencia de tecnología y conocimiento, a través de su estrategia de extensión rural.
Mendoza indicó que de las más de 16.000 familias cafeteras que hay, unas 7.000 están en el segmento de cafés especiales, es decir, el 45%, y este ha sido uno de los focos del gremio: incentivar la producción del grano con valor agregado, para que haya más Domingo Torres.
(El cafetero José de La Cruz Ropero Picón, de Toledo, también figuró en la reciente subasta internacional. / Foto Cortesía)
“Por medio de la Federación, brindamos el servicio de extensión rural y así brindamos acompañamiento con nuestros profesionales en campo a los caficultores, les hacemos transferencia de información, para que implementen prácticas agronómicas mucho más adecuadas, que les permitan obtener mayor productividad y un café de mejor calidad. Eso les ayuda a acceder a mercados diferenciados, en donde les reconozcan un sobreprecio”.
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Ricardo Mendoza explicó que esa estrategia se complementa con alianzas con autoridades e instituciones, además, les ofrecen la garantía de compra a través de una cooperativa a un precio justo, investigación científica por medio de Cenicafé, y promoción del producto.
“En 2016, estábamos con una participación como departamento productor de café con el 2,1%, en el total nacional. A corte el 31 de diciembre del 2022, subimos a 2,86%; la gente puede decir que es poquito, pero eso requiere un trabajo grande”, agregó.
Igualmente, recordó que el año pasado, del 100% del café comercializado a través del canal institucional, 88% fue especial, es decir, un grano con atributos diferenciados, que va a tener una mejor remuneración y participará en subastas. Este año, a corte de mayo, de 4,5 millones de bultos acopiados, el 93% fue café especial.
Detalló que, para que un cafetero logre un café especial, requiere la adopción temprana del servicio de extensión rural y así aprenda a manejar la fertilización, el sombrío, el proceso de secado y almacenamiento.
Incentivos
Ricardo Mendoza sostuvo que, de la mano de la Gobernación, se dispuso de una inversión de $10.000 millones, para sembrar 1.000 hectáreas de café especial en diversos municipios y producir más grano de calidad para exportar.
Estos recursos se destinarán a 500 jóvenes, para incentivarlos a que cada uno siembre hasta dos hectáreas de cafés especiales.
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Más competitivos, menos área
El director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros sostuvo que labor también se ha dirigido al recuperación del área cafetera, con el fin de llevar más adelantes a esas hectáreas los cultivos del gano especial.
Manifestó que, en 2009, Norte de Santander tenía 33.500 hectáreas sembradas, pero los cultivos ilícitos y el cambio climático, entre otras causas, las redujeron. El promedio de productividad era de 7,8 sacos por hectárea.
Sin embargo, el año pasado se contabilizaron 23.000 hectáreas y un promedio de productividad de 17.8 sacos, diez sacos más, lo que demuestra que el sector, pese a tener menos área, es más competitivo y productivo.
“Vemos una eficiencia en la actividad cafetera, que permite aportar al desarrollo socioeconómico y de las familias productoras”.
Además, este año, de la mano de la Gobernación, el Comité Departamental de Cafeteros implementa la renovación de 2.404 hectáreas de cultivos.
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