El pasado viernes 5 de mayo, gran parte del norte de Cúcuta se estremeció cuando a las 5:10 de la mañana se escuchó un estruendo, dándole paso a un ambiente de pánico e incertidumbre, sin entender qué estaba pasando.
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Solo hasta después de una hora, se conoció que la explosión se dio en la entrada de un local donde funciona una empresa de confecciones, ubicada a un costado de la avenida 7 con calle 0B, del barrio La Ínsula.
La principal hipótesis que tienen las autoridades sobre este hecho, es que se debió al no pago de una extorsión.
Esta es una clara muestra de lo que viene pasando en Cúcuta con el incremento de las extorsiones, desde hace varios meses y que las autoridades son incapaces de frenar esta problemática.
Y esto ha llevado a que cada vez que algún comerciante de la capital nortesantandereana recibe una llamada en su celular y el número es desconocido, siente temor de contestar, pues no sabe si se están comunicando con él para hacer un negocio o para extorsionarlo a nombre de alguna banda criminal, delincuencial, del Eln o de la disidencia de las Farc.
Por eso, muchos de ellos han optado por no contestar llamadas de números desconocidos o simplemente cambian de línea telefónica y solo le dan el número personal a quienes son más allegados o familiares. Sin embargo, esto no es una solución total al yugo de los extorsionistas.
Y es que en cada llamada, según contó una de las víctimas, los presuntos delincuentes les aseguran: “que a cambio de paz y tranquilidad para poder trabajar en nuestros negocios, exigen pagos en efectivo y si los dueños, gerentes o administradores se rehúsan, recibimos amenazas de muerte”.
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Día tras día la problemática de las ‘vacunas’ por parte de la delincuencia y la criminalidad en Cúcuta y el área metropolitana viene en aumento y el sector comercial encendió las alarmas en las últimas semanas.
Según datos de Fenalco, seccional Norte de Santander, en Cúcuta se lleva registro de al menos 45 extorsiones diarias. El sector carbonero, el automotriz y de repuestos, el gastronómico, el farmacéutico y el ferretero son los más afectados por este delito que se ha incrementado y que tiene a los empresarios y comerciantes de la ciudad buscando alternativas para ayudar a que las autoridades cuenten con más y mejores herramientas tecnológicas para enfrentarlo.
“El Gaula está enterado de todo esto y lo único que hace es identificar el número del que nos llaman y saben si es desde la cárcel de acá o de otras ciudades, pero no hace más nada. Nos piden que nos autocuidemos, que cambiemos de rutas para ir a la casa o a la oficina, que cambiemos de carros, entonces ahí es donde nos preguntamos, si solo tenemos un vehículo, ¿Qué podemos hacer?”, señaló otra víctima.
De acuerdo al análisis que han adelantado los gremios, son varios los factores que han influido en este aumento, uno de estos, la apertura de la frontera, que ha hecho que en Cúcuta se perciba más dinamismo y prosperidad económica, y eso es aprovechado por los delincuentes.
Otro factor tiene que ver con la escasa capacidad de la Policía para atender todo lo que se presenta en la ciudad, lo que contrasta a su vez con un aumento en la capacidad de operatividad de las bandas delincuenciales, que, según el análisis de los comerciantes, cada vez tienen más herramientas para delinquir y mejores esquemas de vigilancia para cometer algún crimen.
Otro punto clave al que atribuyen el posible aumento de extorsiones es la falta de control en los puntos fronterizos, lo que hace aún más vulnerable a la capital de Norte de Santander a todo tipo de delitos.
Sergio Palacio, presidente de la junta directiva de Fenalco en Norte de Santander, aseguró que la situación es muy preocupante. “Estamos trabajando de la mano de las autoridades para evaluar cómo podemos ser un interlocutor con el Gobierno nacional para que brinde apoyo en tecnología e inteligencia, y se pueda avanzar en poner freno a las extorsiones, pues estamos azotados por la delincuencia en todos sus frentes y dimensiones” dijo en diálogo con La Opinión.
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Pero Fenalco no es la única agremiación que muestra su preocupación, la Cámara de Comercio de Cúcuta también y con el atentado del viernes pasado, aseguró que, “más de seis acciones violentas sufridas en sectores comerciales en los últimos meses, demuestran que estos no son hechos aislados y que los empresarios se convirtieron en el objetivo principal para las estructuras criminales que delinquen en la región. Esta situación afecta de manera general a la ciudadanía, sus sectores productivos y la tranquilidad que merecemos tener para ejercer nuestro derecho al trabajo”.
Agregó: “Los sectores productivos necesitan garantías para seguir desarrollando sus actividades y recuperar así la confianza que se ha perdido en los últimos meses con el recrudecimiento de las acciones delictivas en su contra”.
Temor a denunciar
Las cifras que manejan los comerciantes y las que tienen las autoridades no coinciden, pues son pocos los que se atreven a denunciar. La escasa capacidad, sumado al limitado personal que hay en la Fiscalía y la Policía para adelantar los procesos de extorsión son los principales factores por los que los comerciantes, en muchos casos, prefieren guardar silencio.
A esto se suma que los grupos irregulares han logrado infiltrar algunas instancias del Estado, generando aún más escepticismo por parte de las víctimas.
El miedo también ha llevado a que muchos de los comerciantes no denuncien y acceden al pago de ‘vacunas’, pero esa situación termina siendo un riesgo mucho más grande para ellos, como ya ha sucedido este año, que en tres oportunidades han lanzado artefactos explosivos.
En zonas como El Callejón, donde funcionan bares, billares, peluquerías y residencias, entre otros establecimientos, además de ser un punto de Cúcuta donde el microtráfico y la explotación sexual se dan descaradamente, quien se niega a seguir pagando las extorsiones se arriesga a ser víctima hasta de un ataque con granadas.
“En este sector las bandas como los ‘AK-47’, que es dirigida por alias Saúl, son las que extorsionan, por lo menos ellos llegan pidiendo hasta $40 millones, ese es el primer dinero que deben pagar los negocios, luego les ponen cuotas mensuales de $1 millón a $5 millones”, contó una víctima de esa zona de Cúcuta.
‘Si no denuncian es muy complicado’
Y ante esta cruda realidad, el coronel Juan Carlos Ramírez, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), se mostró sorprendido por la cifra de comerciantes extorsionados diariamente que le entregó Fenalco a La Opinión, pues, según él, el Gaula que está bajo su mando solo ha recibido 84 denuncias en los primeros cuatro meses de 2023.
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“El principal problema que estamos viendo sobre ese tema de la extorsión es que la gente no denuncia y si los comerciantes no lo hacen, es difícil actuar. La efectividad del Gaula cuando recibe alguna denuncia es muy grande. Hemos tenido casos en los que los bandidos son capturados uno o dos días después de haber hecho la extorsión, entonces hay que confiar en nuestros hombres”, afirmó el alto mando policial.
Según los datos estadísticos de la Policía, entre enero y abril de 2023 se presentaron muchas más denuncias (84) que en el mismo periodo de 2022, cuando solo se conocieron 46 casos.
Además, el Gaula de la Mecuc indicó que este año ha logrado capturar a 18 presuntos extorsionistas.
El coronel Ramírez reconoció que las extorsiones han aumentado, porque la ciudad ha crecido y porque viene muchas más personas desde Venezuela. Las cifras que tenemos nos indican que diariamente están pasando por la frontera 79 mil personas y cuatro mil vehículos.
“También estamos viendo que muchas bandas delincuenciales están cometiendo otros delitos como la extorsión, porque en el Catatumbo hay un crisis muy grande en la producción de cocaína, entonces hay muchos bandidos que se están viniendo a las ciudades, porque no solamente esto está pasando en Cúcuta, sino en todo el país”, sostuvo el alto mando de la Mecuc.
Añadió: “Esos delincuentes están viendo muy rentable venirse a extorsionar a comerciantes, porque ya es muy fácil adquirir un número telefónico con WhatsApp y la información de las víctimas la consiguen en redes sociales. Provocar terror es tan sencillo, pues solo con identificarse como miembro de una banda y lanzar una amenaza de muerte o decir que le van a ‘volar’ el establecimiento si no paga, hace que la víctima acceda a pagar”.
El oficial también afirmó que un gran porcentaje de esas llamadas extorsivas salen de la cárcel, pero no solamente de Cúcuta, sino de otras ciudades. “La falta de control que existe en los centros carcelarios hace que se presenten esas situaciones. A pesar de que un bandido está preso consigue la información de los comerciantes o empresas, porque está en redes sociales, donde hay números telefónicos y hasta fotos”.
El comandante de la Mecuc también explicó que, “cuando los delincuentes tienen la información de las víctimas, entonces llaman e intimidan al comerciante diciéndole ‘estamos al frente de su negocio, que tiene la fachada de tal color y al letrero del nombre se le está borrando una letra. Si no paga, lo vamos a secuestrar o le vamos a lanzar una granada’, pero es mentiras, lo que pasa es que están viendo las fotos que aparecen en redes sociales, por eso siempre le pedimos a las víctimas que denuncien para poder actuar”.
Además, también están los delincuentes que llaman y luego de hacerse pasar como miembros de los gaitanistas, el Eln o la disidencia de las Farc, les exigen a los comerciantes el pago de un ‘impuesto de guerra’ que servirá como ayuda para mantener estos grupos armados ilegales y al final, resulta ser falso y lo único que usan es la presión psicológica, porque señalan que matarán a las víctimas que no les colaboren.
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“Son muchas las formas que tienen los bandidos para atemorizar a las víctimas y es ahí donde nosotros les pedimos que denuncien, porque así el Gaula puede actuar y verificar la situación, para luego capturar, como ha sucedido en muchas oportunidades, pero si no denuncian es muy difícil y quien accede a pagar, tendrá que hacerlo por muchos años”, manifestó el coronel Ramírez.
Las autoridades también se han encontrado con algunas situaciones cuando examinan las denuncias que se hacen. Una fuente judicial, que está muy cerca de las investigaciones por extorsión, sostuvo que en el análisis que vienen haciendo sobre esta problemática han podido detectar que hay personas que denuncian buscando un beneficio, como para poder salir del país a pedir asilo político o para que les otorguen un permiso especial para porte de armas.
Las autoridades también están viendo que en Cúcuta y el área metropolitana se está presentando otra problemática que tiene que ver con los falsos servicios y las falsas ventas de vehículos que terminan siendo un secuestro exprés por parte de bandas delincuenciales.
“También estamos viendo que mucha gente está acudiendo a esas aplicaciones que prestan dinero fácilmente, pero finalmente terminan pagando más y hasta los amenazan cuando les cobran, pero eso no es ninguna extorsión”, comentó la fuente judicial.
Y entre las mismas autoridades hay una preocupación al momento de investigar, porque cuando hacen llamadas extorsivas, que no son de las líneas que ya tienen identificadas de las cárceles, es muy difícil hacerle un rastreo, porque esos números los usan una o dos veces y luego los cambian.
Pese a todo esto, las autoridades siguen adelante con las pesquisas y las estrategias para tratar de frenar esa racha de extorsiones que afectan a los diferentes gremios.
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