En este sentido, el gobernador William Villamizar señaló que entre las obras de equipamiento del pueblo que se desarrollan desde la administración departamental son el estadio municipal, el cerramiento de la institución educativa y un proceso de desarrollo productivo para los campesinos y la red terciaria. “Creemos que las obras de recuperación de Gramalote se han ejecutado en un 95 por ciento”.
Las obras de este reasentamiento incluyeron la estabilización geotécnica, redes de servicios públicos, sistema de drenaje subterráneo y la construcción de andenes, espacios públicos y equipamientos como la plaza de mercado, la estación de policía, el hospital y el polideportivo.
Asimismo, se construyeron dos vías para conectar a Gramalote con los municipios aledaños de Santiago y Lourdes.
“Gramalote no ha muerto”
A falta de algunos detalles, los habitantes del Nuevo Gramalote aseguran sentirse plenos, felices y tranquilos luego de vivir errantes por años, tras el destierro obligado al que los condenó la ‘madre naturaleza’.
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“Gramalote no ha muerto, está más vivo que nunca”, expresó con orgullo María Ramona Rodríguez, nacida y criada en el viejo Gramalote y una de las primeras en instalarse en el nuevo asentamiento hace siete años, cuando Juan Manuel Santos entregó la primera parte del pueblo, con 260 casas terminadas, además de plaza de mercado, parque principal, Alcaldía, Concejo, Juzgado, Notaría, Registraduría, Personería y Agencia de Empleo del Sena, así como plantas de tratamiento de agua potable y de aguas residuales, el molino de viento para reutilizar el agua de pozos.