La mañana del 18 de mayo de 1875 cambió por completo el devenir de la capital nortesantandereana y su área metropolitana, a través de un evento sísmico que destruyó gran parte de una ciudad importante para crecimiento de Colombia, causando daños irreversibles en la sociedad de ese entonces.
La Perla del Norte se sumió en la ruina y destrucción a causa de este suceso, denominado el terremoto de Cúcuta, pero todo aquello solo fue el inicio para llevar a cabo un proyecto de dimensiones gigantescas, el cual traería inversión, estatus, desarrollo entre otras cosas a la ciudad.
Se trató de un proyecto que tendría a la ciudad como protagonista, convirtiéndose en un puente conector entre Colombia y el mundo, a través de vagones llenos de productos, sueños e ilusiones de los extranjeros que se establecieron aquí gracias al ferrocarril de Cúcuta.
Con su creación a mediados de 1876, el ferrocarril estuvo destinado para la entrada y salida de mercancías hacia otras zonas de Colombia y el Lago de Maracaibo, así como también hubo otra red ferrovial utilizada para el transporte público municipal e intermunicipal.
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Jesús Gerardo García, director de la Casa Museo Dr José Jacinto Manrique, en Villa del Rosario, recuerda que “se habilitó la Línea de La Frontera que venía para el municipio histórico, donde el ferrocarril transitó por San Luis, Boconó y El Escobal”.
Además, contaba con la ruta norte, que complementaba con Venezuela, y la del sur que se dirigía hacia las estaciones de El Diamante, Pamplonita, Bochalema, entre otros municipios de Norte de Santander, para desde allí conectar con el resto del país.
Durante poco menos de medio siglo, los rieles del ferrocarril hicieron crecer a Cúcuta en aspectos políticos, sociales, económicos y culturales, lo que la catapultó como una de las ciudades más importantes en Colombia.
Sin embargo, paradójicamente, el ferrocarril, en sus vagones, trajo consigo al medio de transporte que lo remplazó: el automóvil, debido a que con la llegada de este vehículo, se empezaron a importar cada vez más carros a la capital nortesantandereana.
Por otra parte, los gastos que suponía mantener la empresa eran muy costosos para los inversionistas, que decidieron clausurar el ferrocarril, una decisión fatídica para el devenir nortesantandereano.
Jesús Gerardo García tuvo la posibilidad de hablar con una señora que montó en este medio de transporte, “y todos los días el ferrocarril en Villa del Rosario daba un pitido, y en el último día toda la comunidad vino a ver cómo el tren se despedía de ellos, sacando una lágrima en cada uno de los presentes”, fue el relato de la mujer.
Historias ferroviarias
En palabras de Luis Fernando Niño López, vicepresidente de la Academia de Historia de Norte de Santander y Alto consejero de Paz y Reconciliación, desde la red férrea además de importar y exportar productos se produjeron numerosas vorágines de españoles, venezolanos, alemanes, libaneses, franceses, italianos y otros extranjeros que se establecieron en Cúcuta.
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Niño destacó que “Cúcuta era una ciudad próspera, porque lo que no sobrevivía del ferrocarril, sobrevivía comercialmente de lo que el ferrocarril traía; exportábamos café y cacao, pero recibíamos licores, perfumes, telas y muchos otros productos”.
Gracias al ferrocarril surgieron algunas historias como el por qué el Día de la Madre se celebra el último domingo de mayo, “ya que la mercancía no llegó al Lago de Maracaibo, por lo cual se fue posponiendo la fecha para finales de mayo”, de acuerdo con Luis Armando Albarracín Pinto.
También, en vista de la multiculturalidad que trajo consigo este medio de transporte, se impregnaron algunas palabras como ‘nona’, término para describir a un abuelo, “y en todo Colombia solamente aquí uno llama a sus abuelos de esta manera”, precisó el académico.
Bajo la sombra del olvido
Sin embargo, pese a que el ferrocarril fue la clave para el desarrollo de Cúcuta, en la actualidad no se tiene en cuenta a este como uno de sus patrimonios históricos, debido a que son muy pocos los vestigios de esa temporada.
Además, los que se conservan no están en buen estado, hecho que se le atribuye a las diferentes administraciones municipales, por la falta de gestión para mantenerlos.
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Es por eso que la gran mayoría de jóvenes cucuteños no tienen conocimiento alguno sobre el ferrocarril, puesto que solo quedan el recuerdo de la locomotora en la redoma de la Terminal de Transportes, y algunas estaciones que hoy son ocupadas para otros menesteres, dejando vagos recuerdos del ferrocarril en la memoria colectiva.
En concepto de Maximiliano Továr Devia, presidente de la Asociación de Ingenieros Ferroviarios, las ciudades más importantes del mundo cuentan con este medio de transporte intermodal por las ventajas competitivas que ofrece, y “en cambio en Sudamérica, el ferrocarril está muy subdesarrollado, y vea cómo estamos”.
‘El camino de los durmientes’
Bajo esta premisa nació la idea de realizar una producción audiovisual que recogiera testimonios de actores clave que han estudiado la historia del ferrocarril de Cúcuta, en aras de convertirlo en un material de aprendizaje para las nuevas generaciones.
Fue así como se creó ‘El camino de los durmientes’, un documental de 30 minutos donde cuenta el recorrido histórico de la ruta del ferrocarril, mediante la mirada de historiadores, investigadores, académicos, narrando los sucesos más grandes que dejó el gigante ferroviario de forma cronológica.
El documental, dirigido por Cristian Tavera y producido por Edward Jaúregui y Nicolás Mojica, con Luis Fernando Niño, Maximiliano Tovar, Luis Armando Albarracín y Jesús Gerardo García como protagonistas.
Vuelve el tren
Precisamente, una de las propuestas del Gobierno del presidente Gustavo Petro, es poder reactivar la línea ferra en Colombia otra vez. En ese contexto, a través del Ministerio de Infraestructura, en articulación con el Instituto Nacional de Vías han estado llevando a cabo conferencias, simposios, encuentros y foros a lo largo del país, sobre la viabilidad de traer al gigante ferroviario de vuelta.
Hace un par de años, en el marco de uno de esos encuentros que tuvo lugar en Cúcuta, María Constanza García Alicastro, que por aquel entonces era viceministra de Infraestructura, señaló los puntos por los cuales la capital nortesantandereana sería una de las piezas angulares en este proyecto, y cómo en su momento el ferrocarril fue importante para el crecimiento de la ciudad.
El más importante, según García Alicastro, es la ubicación estratégica de la ciudad, pues además de ser fronteriza, está ubicada relativamente cerca de Bogotá y otros sectores importantes de Colombia que harían parte de la nueva red ferroviaria que anhela el presidente.
El pasado 11 de septiembre, en su cuenta de ‘X’, la ahora ministra cucuteña de Transporte anunció que se había radicado el proyecto de Ley Férrea, para “establecer un marco normativo que se ajuste a las necesidades actuales del sistema férreo, impulsando así la reactivación del modo en Colombia”.
Finalmente se conoció que el Gobierno, a través de la Agencia Nacional de Infraestructura destinará alrededor de 30 billones de pesos para revivir la red férrea en al menos 10 departamentos.
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