El alto consejero para la paz de Norte de Santander, Luis Fernando Niño, advirtió que la crisis humanitaria en el Catatumbo está alcanzando niveles alarmantes.
En los próximos días, el desplazamiento forzado en esta región del nororiente colombiano podría ser “catastrófico”, según sus declaraciones. Hasta el momento, más de 8.000 personas han abandonado sus hogares para refugiarse en las cabeceras municipales de Ocaña, Tibú y Cúcuta, una cifra que podría aumentar significativamente debido a la continuidad de los enfrentamientos armados.
Desplazamiento
masivo y bloqueos
Niño detalló que en el municipio de Tibú se contabilizan aproximadamente 2.800 desplazados, incluyendo a 145 personas de La Gabarra que se encuentran en una base militar y 40 firmantes del acuerdo de paz en Caño Indio. Sin embargo, el número total de desplazados podría rondar las 9.000 personas, ya que las restricciones impuestas por el Eln en las carreteras dificultan la salida de las comunidades afectadas.
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“Los controles en las vías están limitando el desplazamiento de más personas hacia las zonas urbanas y al mismo tiempo dificultan la llegada de ayuda humanitaria”, señaló el funcionario, quien expresó su preocupación por el agravamiento de la crisis en los próximos días.
Muertes y colapso en
los servicios forenses
La violencia ha dejado un saldo trágico de víctimas mortales. Niño reveló que hay un total de 58 cadáveres en las morgues, de los cuales 28 han sido plenamente identificados, mientras que otros 20 permanecen en proceso de identificación. No obstante, los informes comunitarios indican que el número real de muertos podría superar las 80 personas, incluyendo civiles y posiblemente firmantes del acuerdo de paz.
Un problema crítico, según Niño, es la falta de infraestructura para manejar esta situación. En Ocaña, no hay cuartos fríos para conservar los cadáveres, lo que ha obligado a las autoridades a buscar alternativas en Cúcuta y otros municipios. Además, el proceso de identificación de los cuerpos puede demorar hasta cinco días, lo que agrava las condiciones en las morgues.
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Reclutamiento de
menores: una sombra más sobre el conflicto
En medio de la escalada de violencia, también se han denunciado casos de reclutamiento de menores por parte de los grupos armados ilegales. Niño confirmó que en algunos sectores, un grupo armado capturó a menores de su bando contrario y los entregó a la Iglesia católica, mientras que otras organizaciones han integrado a menores en sus filas para reforzar sus estructuras.
“Es preocupante que, además del incremento en las confrontaciones, se esté recurriendo al reclutamiento de menores, lo que agudiza aún más la crisis humanitaria y la vulneración de derechos en la región”, indicó el alto consejero.
Un llamado a la acción
Ante este sombrío panorama, las palabras de Luis Fernando Niño resuenan como un llamado urgente a la acción por parte del Gobierno Nacional y las organizaciones internacionales. La violencia en el Catatumbo no solo pone en riesgo la vida de miles de personas, sino que amenaza con desbordar la capacidad de respuesta de las instituciones encargadas de atender la emergencia.
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La situación en el Catatumbo requiere medidas integrales que incluyan la protección de la población civil, la atención a los desplazados y la búsqueda de soluciones sostenibles para frenar el conflicto armado que ha devastado esta región durante décadas.
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