Hay un cambio y una transformación en las familias. No solo en el papá. Porque las expectativas que tienen los esposos han ido cambiando.
Esa lectura la hace el Psicólogo Milton Eduardo Bermúdez, quien también es profesor de la Universidad Javeriana. Y recuerda que las expectativas que se tenían cuando se buscaba establecer una realación era tener hijos, formar una familia.Las de hoy son distintas. Se prioriza lo profesional antes que formar una familia.
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Hoy en día las nuevas generaciones no tienen en sus planes, por ejemplo, tener hijos, no necesariamente. Pero sí casarse.
Entonces las expectativas a ser mamá y papá han cambiado, porque ya la mamá no solo es la que se queda en casa, encargada del cuidado y crianza y cuidado de los hijos. Y a cargo de los aspectos emocionales y la crianza de ellos.
Ellas salen a trabajar, también son proveedoras económicas y combinan la formación personal con tener hijos. “Quieren es contar con un compañero, un aliado para la cristalización de esos planes. En ese sentido los roles de los padres han cambiado. Aunque es importante que cumplan con el rol de proveedor económico. Eso no se debe olvidar. La responsabilidad básica, no se debe perder.
Ahora los padres cumplimos otros roles diferentes.Primero, compañeros y cómplices de los planes de nuestras esposas y con relación a nuestros hijos cumplimos roles distintos a no ser solo proveedores económicos, sino como maestros de la moral, como lo eran nuestros abuelos, en su momento o nuestros padres. Ahora cumplimos múltiples roles también: Ahora somos personas más activas y participativas en las actividades de la crianza de nuestros hijos. Nos involucramos más en asuntos educativos, en asuntos de salud. Estamos más pendientes de la vida emocional de nuestros hijos, somos más abiertos a expresar esa parte emocional que no era tan frecuente en nuestros padres y abuelos”.Reconoce que el papá de hoy tiene compromisos distintos. No solamente el rol de proveedor económico, acompañamiento emocional de los hijos, participación activa en las labores diarias. “Nos involucramos más en asuntos como hacer tareas, llevarlos al colegio, nos interesamos en lo qué pasa más en la vida de los niños y de las niñas, en los adolescentes, antes no era habitual”.
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A propósito del Día del Padre, el Psicólogo Milton Bermúdez, reitera que sí ha habido una transformación importante en los roles de los papás. Y eso ha traído como consecuencia que la relación entre padre e hijo cambie. Pero ha contribuido a que se mejoren muchos aspectos de los logros del desarrollo de los mismos hijos. Experimentan más bienestar en lo emocional, porque cuentan, de manera decisiva, con los padres.
Dice que el fenómemo del involucramiento paterno es un fenómeno que se practica más en la clase media.
“Es muy curioso porque en las altas y bajas los papás están mucho tiempo afuera de la casa tratando de coseguir recursos económicos para proveer el sustento. Un padre de la clase baja tiene que desplazarse desde muy temprano de la casa, por ejemplo, un obrero de construcción, y llega muy tarde y le queda menos posibilidad de compartir con sus hijos. Y lo mismo ocurre con los de la clase alta. Los papás tienen cargos muy importantes y es raro que tengan tiempo para compartir con sus hijos”.
La edad es un elemento importante. Los papás de hoy oscilan entre los 25 y 45 años, que pertenecen a esa generación de transición que les ha tocado, adaptarse a las nuevas expectativas que tienen las familias.
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