A Juan Pablo Parra Castro lo llamabanJuanpis sus familiares y amigos.Hijo del médico cucuteño Sergio Parra,Juanpis, aunque no nació en Cúcuta, sí vivió gran parte de su vida en esta ciudad. Se hizo cucuteño por adopción. Sus padres lo trajeron desde pequeño en busca de un mejor clima y de condiciones más benignas para una grave enfermedad (hipertensión pulmonar severa), que lo aquejó desde niño. Con oxígeno y en silla de ruedas, Juanpis fue un ejemplo para todos los que lo conocieron y quienes estuvieron cerca. A pesar de su enfermedad, se graduó de bachiller en el colegio Domingo Savio, donde se ganó el cariño de compañeros y profesores.
Su padre, Sergio Parra, es rector de la FUCS (Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud), desde dondeha ayudado a muchos jóvenes cucuteños para que cursen sus estudios de medicina y de especialización.Hace algunos años, la Academia de Historia de Norte de Santander confirió al Dr. Sergio Parra la medalla ´Premio a toda una vida´, que en ocasiones otorga laAcademia a personalidades cucuteñas que han puesto en alto elnombre dela ciudad y del departamento.
Pues bien. Hoy hace exactamente un año, Juanpis, de tan solo 18 años, falleció, pues la enfermedad le afectó el corazón, no obstante la recuperación que había logrado.
Uno de sus grandes amigos, el médico Igor Ramírez Gómez, ha escrito unas sentidas palabras para conmemorar el año de lapartida terrenal de Juanpis. El doctor Igor le roba tiempo a su profesión para dedicarlo a la lectura y en ocasiones a la escritura. Hace algunos años escribió un libro que recoge sus memorias de un viaje que realizó en Rusia, en el tren transiberiano, en un recorrido extenso que permite conocer diversas regiones de la que fuera la Unión Soviética.
Acabo de conocer el escrito del doctor Igor sobre Juanpis, y le he solicitado su autorización para publicarlo en esta columna, solidaria con el dolor ajeno y amiga detodo lo que tenga que ver con nuestra ciudad y sus gentes. Con la venia de todos ustedes, me aparto un poco del estilo de Anverso y Reverso, para darle espacio a esta manifestación de cariño.
Dice así el médico Igor Ramírez Gómez:
“Juanpis, tu presencia fue un aprendizaje de coraje para nosotros, tus compañeros de camino. Gracias por acercarnos más a Dios.
Cuando recordamos que hoy hace un año una incurable enfermedad te arrebató tubien ganada felicidad terrenal, comprendemosque nosotros disfrutamos de una suerte bendita, porque todavía podemos respirar sin restricciones, a plenitud, gozando de una libertad que los ejércitos enemigos del tiempo y las enfermedades todavía no nos han diezmado, aunque algún día nos han de asaltar.
Comprendemos que la vida carece de sentido, de vuelo o de belleza, cuando quien la vive se esconde de los riesgos, se achanta y repliega ante el peligro. Juanpis, en cambio, jamás se amilanó ante la posibilidad de encontrar su identidad y su singular camino, entregándose apasionadamente y sin reservas al acto de cumplir el destino para el cual había nacido.
Precisamente porque nos queda poca vida es urgente e impostergable no perder el tiempo y acometer las tareas creativas pendientes.
Tu familia con fibras desgarradas en el corazón, lucha con valentía, apoyadas por esta compañía hoy presente y en la distancia solidaria.
Gracias a ti, les cambió el destino a muchos de tus paisanos de tu segunda casa.
Camina, camina, con esperanza en tu corazón. Y nunca caminarás solo.
Juanpis, nunca caminarás solo. Siempre estás presente en nuestros corazones”.
gusgomar@hotmail.com