Ayer, tal y como estaba previsto, los taxistas de Cúcuta y el área metropolitana salieron a las calles a alzar su voz de protesta en contra del aumento del precio de la gasolina y la obligación de pagar Seguridad Social, argumentando que no están dadas las condiciones laborales y económicas para asumir estos gastos.
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Aunque inicialmente, el martes en la tarde a través de un vídeo, Juan Carlos Bastos, presidente del Sindicato de Taxistas de Norte de Santander (Astans), anunció que bloquearían 17 puntos, ese mismo día, la administración municipal informó que se había llegado a un acuerdo con líderes del gremio de taxis, de no cerrar las vías, pues se mantendrían en mesas de diálogo hasta encontrar soluciones a las solicitudes hechas por los conductores.
Sin embargo, esto no se cumplió. La Opinión estuvo ayer desde las 6:00 de la mañana haciendo un recorrido por los principales puntos en los que solo se esperaba ver a los conductores de la ‘mancha amarilla’ apostados a un lado de la vía, pero se evidenciaron escenarios diferentes: por un lado, zonas en las que no hizo presencia ningún taxi, otras en las que con palos, piedras y hasta con la bandera de Colombia bloquearon las calles y unas más en las que solo 10 carros amarillos custodiaban la vía.
La entrada a los puentes internacionales Atanasio Girardot y Francisco de Paula Santander estuvo totalmente bloqueada por cerca de 3 horas.
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Los taxistas atravesaron sus vehículos y permanecieron allí sin dar paso, señalando que la orden era retirarse hasta que lograran acuerdos con las empresas y el Área Metropolitana de Cúcuta (AMC).
Mientras que sobre el Anillo Vial Oriental, a la altura del Centro Recreacional Villa Silvania que conecta al sector de Boconó con Cúcuta, Los Patios y Villa del Rosario, los taxistas cerraron la vía con troncos y ramas de árboles que recogieron de la zona boscosa.
“Nosotros no nos movemos de acá hasta que de verdad se logre algo, porque siempre todo queda en el papel, en acuerdos de palabra, pero nunca nos cumplen. La comunidad debe ponerse de nuestro lado también y entender que estamos mal, que no pagamos la seguridad social, porque de verdad no nos alcanza”, dijo uno de los taxistas en medio de la protesta.
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Al final, los taxistas accedieron a dar paso intermitente, cerrando y abriendo la vía por ciertos minutos y no fue sino hasta casi a las 9:00 de la mañana que levantaron totalmente el bloqueo, luego de recibir una orden de los líderes, de que solo permanecieran en los puntos sin obstaculizar el flujo vehicular.
Las zonas de El Escobal, la redoma de El Palustre (Atalaya) y la intersección vial de Rumichaca (Villa del Rosario) también estuvieron cerradas durante varias horas.
Los acuerdos
Los conductores de la mancha amarilla les estaban pidiendo al AMC y a las empresas del gremio, que no les exigieran la afiliación al Sistema Integral de Seguridad Social, ya que lo que ganan a diario no les alcanza muchas veces ni para cubrir los gastos del vehículo, ahora menos, para pagar salud y pensión.
“Nos habían dicho que solo íbamos a pagar salud y riesgos laborales, pero luego salieron con que también nos tocaba pensión y en eso son casi 380 mil pesos que no los tenemos, porque la carrera mínima está solo en 6 mil pesos, aparte nos toca competir con los piratas y las plataformas, y la gasolina y los repuestos siguen subiendo”, dijo Carlos Moncada, uno de los taxistas que se sumó a la protesta.
Estas solicitudes fueron llevadas a una mesa de diálogo con el AMC y los gerentes de las empresas, en donde lograron asumir algunos compromisos que permitieron levantar el paro sobre las 10:00 de la mañana.
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“Los acuerdos que se lograron entre empresas y conductores con la mediación de la Gobernación de Norte de Santander, las alcaldías metropolitanas, la dirección del AMC, el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio del Trabajo están encaminados a lograr en un tiempo récord la formalización total del gremio y regularización de la prestación del servicio en beneficio de los conductores y las mismas empresas”, explicó Miguel Peñaranda, director del AMC.
En este sentido, el funcionario precisó que la Seguridad Social es una obligación legal e ineludible y el transporte público, como servicio público, “por ley debe someterse y cumplir con esta obligación”.
Por esta razón, darán una prórroga de 3 meses, en la que cada una de las empresas hará una caracterización de los conductores, para identificar la situación de cada uno y poder cumplir con el pago de la Seguridad Social.
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Por su parte, Juan Carlos Bastos, presidente de Astans, manifestó que durante estos meses, los taxistas podrán adquirir la tarjeta de control con sus respectivas empresas sin que se les exija el pago de la Seguridad Social.
Frente a la inconformidad por el aumento en el precio del combustible, Bastos señaló que la Gobernación de Norte de Santander se comprometió a gestionar ante el Ministerio de Minas y Energía una solución, entre esas, “que al departamento puedan traer gas (vehicular) para la ciudad de Cúcuta, que sale más económico que la gasolina o que se incremente el cupo de combustible”.
El impacto en la economía
Las cuatro horas que duraron los bloqueos viales protagonizados ayer por un sector del gremio de taxistas, a juicio de los voceros de gremios y expertos laborales perjudicaron las actividades productivas, académicas, transporte y de movilidad de los cucuteños, aunque en menor proporción de lo ocurrido en el paro del pasado 26 de enero cuando el comercio formal reportó pérdidas por $7.900 millones.
Para la directora ejecutiva de Fenalco Norte de Santander, Gladys Navarro, la protesta es un derecho fundamental, las vías de hecho no. La afectación de la comunidad no tiene precio y el comercio se ve afectado porque es un día que se pierde. “Hay que tener claro que no es cierto que las ventas que no se hacen hoy se compensan con otro día”, dijo Navarro.
El presidente ejecutivo del gremio de los restaurantes, Acodres, Juan Pablo Londero, expresó que el haberse logrado un acuerdo rápidamente entre los taxistas y las autoridades para levantar la protesta favoreció al gremio que representa, que alcanzó a reaccionar para aprovechar las ventas del mediodía sin mayores sobresaltos.
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Los bloqueos redujeron en un 60 por ciento la prestación del servicio de bus urbano, el cual se normalizó al ciento por ciento antes del mediodía.
El solo anuncio de la hora cero del paro de taxistas el día anterior, produjo en la víspera que colegios públicos y privados ordenaran la suspensión de las actividades académicas, aunque la alcaldía ordenó a las directivas docentes activar los planes de contingencia para evitar la pérdida de clases.
Las Empresas transportadoras de carga pesada, concreto, productos cárnicos y mercancías varias también sufrieron traumas en las primeras horas del día, debido a los bloqueos en los que quedaron atrapadas. Muchas gandolas debieron regresar a las bodegas a la espera de que se levantara la protesta.
Una reflexión
El profesor universitario e Investigador, Jorge Ramírez Zambrano, experto en Educación y en Mercado Laboral hizo un análisis de la protesta del gremio amarillo con relación a los motivos que la originaron.
Los taxistas en Cúcuta protestan y cierran las principales vías porque no quieran cotizar en seguridad social, también manifiestan qué no están de acuerdo con el desmonte gradual del subsidio a la gasolina el cual mantiene un diferencial entre el precio local y el nacional.
Ramírez dice que la primera causa del paro de taxistas es un ejemplo de cómo opera la informalidad al servir de escape (no cumplimiento) de marcos normativos y no pagos de seguridad social, donde tendrían que contribuir los empleadores y los taxistas como trabajadores.
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Añade que también es parte del ancla qué hace que persista la informalidad laboral en Cúcuta y el Área Metropolitana.
La otra cara, es la “cultura de la informalidad” y los incentivos qué generan el ejercer una actividad formal bajo prácticas informales que perjudican en el largo plazo a los propios taxistas por dos vías, subraya el catedrático:
1. No cotizan ni contribuyen a su pensión como mecanismos de protección en la vejez.
2. Reciben recursos públicos en el régimen subsidiado de salud que podrían focalizarse a poblaciones que lo requieren.
Dichos subsidios podrían ahorrarse y reorientarse como inversión pública.
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La segunda causa del paro que reivindica el gremio de taxistas, específicamente el cierre de la brecha del precio local y nacional de la gasolina, nos cuesta como gasto público más o menos $288 mil millones al año, que al multiplicarla por 4 años nos arroja una cifra $ 1.15 billones, qué podríamos invertir socialmente en otras áreas qué sean de interés general.
Ramírez indicó que dicho esto, el gremio de taxistas, las empresas (sus empleadores) deberían repensar la forma de cómo opera el negocio y el servicio de transporte público de taxis. De igual forma, los gobiernos locales, regionales y nacionales deberían buscar soluciones. Una de ellas es que:
1. Los empleadores y los taxistas deben cumplir las leyes laborales y de seguridad social.
2. Debe pensarse en un plan que permita el acceso a créditos de inversión no bancario que financien la transición al uso del gas como combustible.
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3. Se requiere que haya el suministro de estaciones a gas, este es un modelo de negocio donde cooperativas, empleadores y taxistas pudiesen incursionar teniendo en cuenta la propuesta 2. Lo que cambiaría el sistema de transporte público de taxis en Cúcuta.
4. No menos importante es la capacitación de los taxistas en habilidades blandas y en la mejora en la prestación del servicio al cliente. Así como en su aseo personal y uso de ropa de trabajo adecuada.
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