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Cúcuta
Hay una ciudad que se está deteriorando socialmente: obispo de Cúcuta
José Libardo Garcés va a cumplir tres años al frente de la iglesia católica en la zona de frontera y expresa sus preocupaciones ante creciente ola violencia.
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José Luis Daza
José Luis Daza
Domingo, 7 de Julio de 2024

Desde el 2021 José Libardo Garcés Monsalve viene liderando la iglesia católica en Cúcuta y el área metropolitana.  Inició  como administrador apostólico, un periodo de encargo y luego de unos meses fue ratificado por el papa Francisco, convirtiéndose en el décimo obispo de esta zona.

La situación de los migrantes, las calamidades de la población vulnerable y la pobreza en los sectores de la periferia de la ciudad han marcado estos casi tres años de trabajo pastoral en la capital nortesantandereana.

Lea: Las luces y sombras del barrio San Rafael, la ‘puerta’ para el centro de Cúcuta

No obstante, el recrudecimiento de la violencia urbana, que ha dejado más de 100 muertes durante lo corrido del 2024, la guerra territorial día a día por el microtráfico, la presencia  de 25 bandas criminales hasta disidencia de las Farc y guerrilla del Eln, son las otras preocupaciones que se mantienen en la agenda del representante del catolicismo.

La Opinión conversó con el obispo de la ciudad, para conocer la radiografía social, las inquietudes frente a la atención del gobierno nacional, el desempeño de las autoridades locales para combatir las desigualdades y el trabajo de la iglesia ante los crecientes fenómenos de criminalidad y violencia que enfrenta esta zona del país.

¿Cuál es su mayor preocupación, como líder de  la iglesia católica, frente a los múltiples problemas que enfrenta la ciudad?

La mayor preocupación se registra en el incremento de la violencia, el microtráfico y la delincuencia común que está creciendo en la ciudad, generando un ambiente de miedo zozobra entre los habitantes.

Cúcuta aparece hoy en el listado de las 50 ciudades más violentas del mundo, ¿cuál es la lectura y/o radiografía social que hace de la ciudad en estos momentos?

Hay una ciudad que se está deteriorando socialmente, se nota aumento de la delincuencia que están generando violencia y muerte.

¿Cree que la ciudad está condenada al miedo, la muerte y la zozobra?

Se espera que la ciudad pueda volver a la seguridad requerida para que todos los ciudadanos podamos vivir en tranquilidad. No hay que desfallecer en los esfuerzos desde distintas instancias e instituciones para lograr un ambiente de paz en la ciudad.

¿Se debería crear una mesa de diálogo con los líderes de las bandas criminales que operan en esta zona de frontera?

Se debería fortalecer la seguridad en la ciudad con mecanismos que permitan devolverle la confianza a los habitantes en todos los ambientes en los que desarrollan su actividad social.

¿La iglesia católica estaría dispuesta a ser mediadora en un escenario como ese?

La iglesia católica en el desarrollo de su tarea pastoral siempre está predicando el perdón, la reconciliación y la paz que se va construyendo desde el encuentro con Jesucristo. El llamado siempre ha sido facilitar la cultura del encuentro, que propicie escenarios de paz que se van construyendo cuando las personas viven con paz interior.

Muchos jóvenes están involucrados con los grupos delincuenciales y comprometidos en graves hechos violentos, ¿qué cree usted que es lo que hace tan vulnerable a esa población?

El ambiente familiar en los que viven muchos jóvenes se está deteriorando cada vez más. Tenemos que reconstruir la familia entre todos. Cuando en el hogar se fortalecen los valores y las virtudes del evangelio, se podrán tener una juventud más sana y que aporte a la sociedad. El papa Francisco siempre nos ha invitado a fortalecer la familia para tener una juventud y una sociedad más sana.

oBISPO

 

Para usted, ¿es posible y realizable el proyecto de Paz total del Gobierno?

La Paz es un don de Dios que tenemos que estar dispuestos a recibir con un corazón convertido a Jesucristo. Él mismo nos ha dicho que nos trae la Paz como la entrega Dios. La paz que se construye a la manera del mundo puede convertirse en una negociación en donde se esperan beneficios para las partes. La Paz como la que nos regala Jesucristo es un don venido de lo alto a cada corazón y a cada familia y se logra mediante un camino de conversión que tiene como meta volver a Dios.

¿Qué ajuste le haría? ¿Cuál sería ese aporte si pudiera hacerlo?

El ajuste que se haría a todo esfuerzo por conseguir la Paz es la de la conversión del corazón. Es hora de volver a Dios.

¿Considera que el Gobierno Nacional ha dejado sola a la ciudad asumiendo enormes desafíos como los que se viven actualmente?

Los desafíos para construir la paz nos corresponde a todos. Cada persona, cada familia y cada institución se han de convertir en un escenario para trabajar por el perdón, la reconciliación y la paz.

¿Cuál es el mensaje que le envía a los violentos?

Es hora de volver a Dios. Se hace necesario vivir en familias perdonadas, reconciliadas y en paz. Y a quienes causan la violencia es necesario que reflexionen sobre sus actos para que podamos construir entre todos la paz que anhelamos con la presencia de Dios en cada una de las personas.

Obispo de Cúcuta

 

Asamblea plenaria

Del 01 al 05 de julio el jerarca de la iglesia de Cúcuta participó de la versión 117 de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia, donde junto a los más de 70 obispos activos del país, analizaron la realidad nacional desde el contexto de las regiones.

“No podemos acostumbrarnos a que el poder de las armas, de la ilegalidad, de la corrupción egoísta y del narcotráfico siga cobrando la vida de muchos compatriotas, especialmente adolescentes y jóvenes, y destruya la rica biodiversidad de nuestras tierras y mares”, destaca el comunicado oficial de los líderes católicos. 

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