A pesar del sacrificio en los sectores comerciales de Cúcuta por el Día sin carro y moto que se implementó el pasado jueves, la medida no logró el resultado esperado: reducir la contaminación en el aire. La Opinión consultó a varios gremios sobre las afectaciones que tuvieron.
El presidente de la Asociación de Supermercados Independientes de Norte de Santander, Wilmer Tarazona, precisó que, en la zona céntrica de la ciudad, las ventas bajaron alrededor del 30%, y en los sectores periféricos, la dinámica se mantuvo casi al nivel de un día normal, en donde decrecieron las ventas entre un 10% y 15%.
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“Lo importante, para nosotros, es ser parte de la solución de la mano de las autoridades, con el fin de mitigar los impactos ambientales”, expresó Tarazona.
El presidente de la Junta Directiva de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Sergio Palacios, manifestó que las operaciones comerciales en la ciudad bajaron un 75%, el flujo de caja cayó un 82%, y el tráfico de clientes se redujo en un 80%.
“La medida no impacta, la verdad, mucho sobre la calidad del aire, ya que los mayores contaminantes son los buses viejos del transporte público. La medida se puede repetir, pero no en un día de productividad, puede ser los domingos o festivos. Las acciones deben implementarse en consenso con los gremios y sectores productivos”, agregó.
Por otra parte, Palacios señaló que las pérdidas financieras se acercaron a los 10 mil millones de pesos, un panorama grave en el sector comercial si se tiene en cuenta las cifras que viene manejando este sector en los últimos meses.
"Considero que se debe tener presente a la parte productiva de la región, hacer mesas de concertación cada vez que se tomen medidas de este tipo y de esta forma, se evita perjudicar a los comerciantes y empresas mientras se buscan medidas precisas que beneficien a la ciudadanía", señaló.
La directora ejecutiva de la Asociación de Estaciones de Servicio de Norte de Santander (Asesnort), María Eugenia Martínez, precisó que las ventas de este sector cayeron 90% por el Día sin carro y moto. En algunas empresas, los empleados no pudieron ir a trabajar.
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No obstante, resaltó que la medida es buena, porque “todos debemos contribuir a reducir la contaminación”, destacando que las autoridades deben revisar la situación de las unidades de transporte público, porque muchas de ellas contaminan y “dan vergüenza”.
El gerente de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) en Norte de Santander, Francisco Unda, resaltó que los industriales siempre han estado atentos a trabajar por el mejoramiento de la calidad del aire, con un monitoreo desde hace cuatro años.
“La culpa de este fenómeno no es de la industria, se debe a muchos factores y lo que se busca, ahora, es reducir las emisiones de las actividades económicas, para poner en menor riesgo a la población. Entendiendo que viene Semana Santa, podríamos hacer unas reducciones graduales de las emisiones en los diferentes sectores”, añadió Unda.
Coquizadores, a media máquina
Entre las medidas que emitió la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor), el pasado viernes, está que las coquizadoras deberán implementar un cambio en el ciclo de producción de coque, pasando de 48 horas a 72 horas, lo que hará que esta disminuya 30%.
La gerente de Asocoquizadores, Angélica León, expresó que desde hace mucho tiempo vienen trabajando de la mano con Corponor. Incluso, el año pasado iniciaron una mesa de trabajo con la entidad, pero la misma no ha vuelto a sesionar, con el fin de informar las particularidades de esta industria en el proceso productivo y mantener un trabajo articulado.
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“Actualmente, de los casi 6.000 hornos existentes en nuestra región, no llegan a 3.000 los que están encendidos, por la inestabilidad del mercado del coque. Los que funcionan, lo hacen a una capacidad reducida y con márgenes de rentabilidad mínimos, para cumplir compromisos contractuales adquiridos”, detalló.
León enfatizó que cualquier interrupción repentina en la operación podría acarrear sanciones significativas para las empresas, agravando la situación con impactos negativos en el empleo y la economía local.
“La decisión de apagar los hornos debe considerarse con sumo cuidado, teniendo en cuenta las repercusiones sociales y económicas. Nos preocupa la falta de coordinación en las medidas adoptadas, como se evidenció en el Día sin carro, que solo se implementó en Cúcuta y no en el área metropolitana en su totalidad”.
La líder gremial sostuvo que se debe tener en cuenta que hay otros factores que influyen en la calidad del aire, como la deforestación indiscriminada para la expansión urbana, la construcción y la falta de control a los vehículos venezolanos que ingresan por la frontera sin cumplir con la certificación de gases y mecánica.
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Arcilleras y lavanderías también
Otras de las medidas son que las empresas arcilleras deben reducir a la mitad las quemas por mes, y las tintorerías, lavanderías, curtiembres, fundidoras y compañías de asfalto tienen que funcionar a un 50% de capacidad.
La presidenta de la Asociación de Industriales de la Arcilla, Johana Navarro, dijo que también se acogen a la medida, reconociendo la emergencia, pero recordó que una paralización total de las compañías puede generar crisis en las organizaciones, porque la estabilidad de los empleados entra en juego.
El gerente de la Corporación de Lavanderías y Tintorerías Industriales (Corpolavi) de Cúcuta, Raimundo Cáceres, recordó que el pasado jueves sus 16 afiliadas se paralizaron voluntariamente para contribuir con la medida del Día sin carro y moto. El sector es un actor de la cadena del sector moda.
“Participamos también en la mesa técnica de Corponor con los sectores económicos de fuentes fijas de emisiones atmosféricas. Acogemos las medidas, porque es importante para nosotros el cuidado del medio ambiente. Sabemos que esto genera un impacto en los costos de operación, en el empleo y en la productividad y los vamos a asumir, en espera de que se normalice la calidad del aire”, concluyó.
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