Hay proyectos que deben quedar por fuera de ideologías y todos empujar para el mismo lado con el propósito de garantizar una exitosa culminación de todas las gestiones y actividades con el fin de ponerlo en marcha.
Eso debe ocurrir en Norte de Santander con la iniciativa del Tren del Catatumbo, porque bien podría ser un vagón que ayude a imprimirle un fuerte impulso a la competitividad regional, a la conectividad y a la movilidad.
Frente a todo lo que nos ha ocurrido, por ejemplo, con la carretera Cúcuta-Ocaña que en este 2023 hasta una avalancha la fracturó para demostrarnos las debilidades que en materia de infraestructura, hay que acudir a la diversidad de alternativas para romper dichos cuellos de botella.
De lógica que no se tiene por qué olvidar el plan para que esa carretera entre a ser de quinta generación con una billonaria inversión, sino que en paralelo se le dé el suficiente apoyo al tren, en una región que en el pasado tuvo el servicio de ferrocarril.
Buscar la materialización de inversiones de esa naturaleza ayudan, por ejemplo, a que el departamento ingrese a la era del transporte multimodal, que sirve de punta de lanza para que los envíos de mercancías hacia o desde los puertos tengan mayor fluidez, algo que es muy importante para el comercio exterior y el crecimiento en materia de competitividad.
Hay que aprovechar lo que acaba de suceder para que la tierra nortesantandereana haga parte de la red férrea nacional, como es la presentación por parte del Departamento Nacional de Planeación de las cuatro firmas que hacen parte de la Unión Temporal APCA, que tienen la tarea de elaborar los estudios de prefactibilidad.
Diego Jiménez, vocero del DNP les dijo a los gremios que las firmas, Ardanuy Deloitte, Durán y Osorio y Steer cuentan con reconocida trayectoria y experiencia en el ramo ferroviario nacional e internacional.
Entonces tendremos un 2024 con una latente confianza en que en octubre se den a conocer dichos análisis técnicos para que de inmediato se activen las otras etapas y la región pueda consolidar esta opción y, de paso, se dé a conocer la alternativa seleccionada.
Todo lo que se haga en este campo es ganancia y por ello no debe descartarse que sea también de pasajeros, analizándolo desde el punto de vista financiero.
Planeación Nacional ha dicho que la construcción del ferrocarril de Norte de Santander representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico de la región, a través de la construcción de una infraestructura de transporte segura y eficiente, que permitirá mejorar la calidad de vida de sus habitantes y generar condiciones adecuadas para adelantar operaciones logísticas de productos que se generan y se consumen en la región, especialmente después de las consecuencias que ha dejado el conflicto armado en la zona.
A lo anterior hay que sacarle el mayor provecho, en el sentido de ponernos la camiseta por el tren que, como en otros tiempos, puede ayudar a mover la economía y procurar una conexión transfronteriza, como se ha venido planteando.
Esa posibilidad es muy evidente, puesto que Oscar Andrés Rico Gómez, director de la unión temporal APCA, dijo: “ojalá también se pueda estudiar un corredor que conecte con Cúcuta y Venezuela, así como explorar la potencialidad de carga del vecino país. Eso con respecto a mercancía”.
La inclusión del proyecto ferroviario en la carpeta del Gobierno Nacional fue producto de la gestión que adelantara el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, razón por la cual hay que luchar para que a la ciudad y el departamento ‘no los deje el tren’.