Durante la pandemia el comercio sufrió duros reveses que llevaron al encarecimiento del intercambio internacional de bienes, en el episodio que se conoció como la crisis de los contenedores.
Entre 2020 y 2021, el costo de transporte de un contenedor de 40 pies (unas 29 toneladas) pasó de 2.500 dólares a 10.400 dólares, un nivel nunca antes visto y esto generó que a mayor costo, mayor incremento en los precios.
Sin embargo, durante los últimos meses, el costo de mover un contenedor parece haberse normalizado, alcanzando niveles cercanos a los 2.600 dólares.
De acuerdo con el informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), la crisis de los contenedores parece estar llegando a su fin.
“Ya sea por una recesión mundial o por el retorno del mercado de contenedores a un punto de equilibrio, parece que lo peor de la crisis ya pasó. Sin embargo, la situación no pasó desapercibida por la economía mundial, dejando una factura importante en términos de precios”, explicó Anif.
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Y añadió que el fenómeno inflacionario mundial reciente es, en parte, una traducción de los mayores costos de transporte marítimo en bienes finales.
“Recordemos que cerca del 90% de los bienes comerciados se transportan por barco, por lo que incrementos en el precio de los fletes marítimos se ven reflejados en mayores costos para el consumidor. En efecto, la crisis de los contenedores se ha traducido en mayores precios de los bienes importados y por consiguiente mayor inflación”.
El informe refleja que el incremento en el costo de los fletes en 2021 significó un alza superior al 10% en el precio de los bienes importados que se tradujo en un incremento en la inflación final de 1,.5%.
¿Qué generó la crisis?
Los contenedores son el principal instrumento utilizado en el transporte de bienes a nivel mundial. Su disponibilidad determina, en gran medida, el estado del comercio marítimo. Sin embargo, durante la pandemia, el comercio se enfrentó a situaciones adversas que afectaron el flujo natural de estos.
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Primero, las fábricas alrededor del mundo se vieron forzadas a suspender sus operaciones ante las restricciones de movilidad. Ante los ceses de producción, las cadenas de envíos se detuvieron, y los buques quedaron atrapados en los puertos ante la falta de mercancía para llenar sus contenedores.
El panorama se proyecta de manera positiva
“En 2021 vimos los efectos de las disrupciones a la oferta y una demanda creciente a partir de la reactivación económica, que llevó al crecimiento exponencial del costo de los fletes. Este año estamos viendo el fenómeno contrario. La recesión mundial ha llevado a una menor demanda y la oferta de contenedores parece haberse normalizado. De hecho, hay una sobreoferta de contenedores, compañías que ofrecen bodegas de contenedores han reportado recientemente que sus depósitos están llenos y han tenido que rechazar clientes que buscan resguardar sus contenedores vacíos ante la falta de demanda”, evidenció Anif.
Si bien la normalización de la crisis es una buena noticia, no son positivas las señales que envía sobre el estado actual de la economía mundial. Los comerciantes a nivel mundial son cautelosos sobre la mercancía que tienen a la mano ante los distintos riesgos que enfrenta la economía global, por lo que las órdenes de envíos han disminuido y un número creciente de rutas marítimas han empezado a cancelarse.
“A medida que los fantasmas de recesión siguen acechando a la economía mundial, los costos de los fletes seguirán disminuyendo”, concluyó Anif.
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