En Cúcuta, el mercado laboral ha sido característico por su poca estabilidad en indicadores de empleo y formalización. Aun así, los sectores o ramas de la actividad que más han generado empleo en los años 2019, 2020 y 2021 son comercio y reparación de vehículos, industrias manufactureras y administración pública, educación y salud.
En el año 2019 la población ocupada estuvo principalmente en comercio y reparación de vehículos, en segundo lugar, las industrias manufactureras y la administración pública (entendiendo esto como las ocupaciones generadas por las personas en carrera administrativa y aquellas con contratos OPS de las entidades gubernamentales) y en tercera medida, el sector de educación, salud y relacionados.
Finalizando 2019 Cúcuta y AM tenían 342.000 personas ocupadas en el mercado laboral. Sin embargo, en marzo de 2020 con la pandemia COVID-19 se toman medidas de salubridad que impactaron fuertemente los distintos sectores de la economía fronteriza.
Es por ello, que para el año 2020 Cúcuta y AM tenían 305.000 personas ocupadas, disminuyendo 8.204 puestos de trabajo en comercio y reparación de vehículos, 6.302 en industrias manufactureras y 706 puestos de trabajo en administración pública, educación y salud. Lo anterior evidencia, el fuerte golpe a todos los sectores económicos en nuestra región. (DANE, 2022).
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Para el año 2021, luego de la implementación de políticas gubernamentales que propendían para la recuperación económica, Cúcuta y AM tenían 411.000 personas ocupadas en el mercado de trabajo; de las cuales, el sector del comercio y reparación de vehículos tenían 113.00 personas ocupadas (27,4%), industrias manufactureras tenían 60.000 personas ocupadas (14,5%) y la administración pública, educación y salud tenían 42.000 personas ocupadas (10,2%) (DANE, 2022).
Resulta importante mencionar que los sectores comercio y reparación de vehículos, alojamiento y servicios de comida y transporte y almacenamiento, tenían 179.000 ocupados (43,5%). Son estos sectores, un indicador clave de la economía informal de la región.
Los fenómenos históricos que han estado presentes en la frontera y la falta de incentivos a la política industrial han generado una debilidad visible en la diversificación del aparato productivo en la región convirtiendo a Cúcuta en unas de las principales ciudades con altas tasas de informalidad.
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En ese sentido, y considerando las vocaciones y capacidades instaladas de Cúcuta y su área metropolitana (AM), es necesario robustecer las actividades económicas de la industria manufacturera considerando que el sector puede jalonar empleo formal, de calidad y ayudar en la cocreación de ecosistemas de innovación empresarial.
Así mismo, sectores como la ganadería, caza, silvicultura y pesca y construcción y actividades profesionales, científicas y técnicas; Actividades de servicios administrativos y de apoyo; han demostrado ser sectores que favorecen la generación de empleo y generan oportunidades que pueden ser aprovechadas por las 21.000 personas que desean hacer parte del mercado laboral en Cúcuta y AM.
De igual manera, de esas 411.000 personas ocupadas, el 8,75% (es decir, 36.000 personas) manifiestan su deseo de cambiar de trabajo por tener bajos ingresos o porque su labor no es acorde a sus competencias.
De acuerdo con los datos establecidos por el DANE, en Cúcuta y su AM 50.000 personas están desocupadas y 21.000 personas desean ingresar al mercado laboral. Es función del Estado, en colaboración con la academia y la sociedad civil, brindar las garantías para abrir oportunidades y llegar a sectores como la industria manufacturera (con 30.000 puestos de trabajo), construcción (con 15.000 puestos de trabajo), agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (con 15.000 puestos de trabajo).
Desde el Ormet de Norte de Santander, se han generado recomendaciones de políticas públicas que favorezcan la generación de empleo, caracterizado por la participación de mujeres, jóvenes y personas pertenecientes a grupos diversos para que afiancen y fortalezcan el sector productivo, al tiempo que se benefician a las poblaciones más vulnerables de la región.
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Es necesario incentivar el acceso a la educación, de forma tal que la cualificación de los trabajadores no represente una limitante en el fortalecimiento productivo de la región, al tiempo de se hace un cierre de brechas del capital humano en cada uno de los sectores.
La diversificación productiva debe ser un punto clave en la agenda pública, toda vez que se requieren nuevas oportunidades de trabajo que respondan a las capacidades y competencias actuales de los jóvenes y adultos que conforman la población en edad de trabajar. Además, los nuevos puestos de trabajo deben incentivar el acceso formal a la seguridad social y generar valor agregado, desincentivando actividades que fortalecen las dinámicas de informalidad y no permiten construir una región competitiva y productiva.
La sociedad civil, las entidades aliadas que construyen región, y las redes de cooperación nacional, regional y local, como el CUEE, el Ormet , la alianza SIES+ y cada uno de los comités de política pública deben ser actores claves que, junto con alcaldía y gobernación establezcan las bases de nuevas estrategias alineadas a las oportunidades de acción que ha establecido el nuevo gobierno nacional, y propender por unificar esfuerzos que permitan una transformación eficiente de la región convirtiendo todas sus capacidades en mecanismos de competitividad y productividad.
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