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Frontera
La reapertura de la frontera no le devolvió los años perdidos a San Antonio y Ureña
Según expertos, solo el 20% del comercio está funcionando.
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Yuly Albarracín
Yuly Albarracín
Miércoles, 19 de Junio de 2024

Para los comerciantes la apertura del paso vehicular terminó siendo un fracaso, nada mejoró.

Según William Gómez, analista en temas de frontera, restablecer la movilidad por los puentes en septiembre de 2022, “ha favorecido totalmente a Colombia. El reimpulso de lo que es todo el dinamismo natural, ese dinamismo socioeconómico y de comercialización y el entorno económico fronterizo que se vivió antes del cierre del 2015 no se ha recuperado. Actualmente en el estado Táchira solo se ha reintegrado un 20% de lo que es el comercio”.

Todo se debe a la falta de producción nacional o importación. Antes del cierre, San Antonio y Ureña tenían una cartera amplia, de productos y servicios por ofrecer, lo que era muy atractivo para el visitante colombiano.

Ahora, las exportaciones de Venezuela  a Colombia registró una caída del 17,9% en el primer trimestre de 2024, mientras las importaciones desde Colombia registraron un aumento del 25,8%.

“La balanza se mantiene a nivel nacional después de esta apertura. Los efectos de comercialización internacional van 80% a un 20% del lado venezolano. Esto quiere decir que de cada 100 vehículos que atraviesan con carga internacional, 20 van de exportación de Venezuela a Colombia y 80 vehículos con carga están ingresando a Venezuela”, aseguró el analista.

Añadió: “incluso el comercio bilateral que en su momento, antes del cierre del 2015, estuvo sobre los 1.500 millones de dólares de intercambio, en estos momentos no superan los 700 millones de dólares después de la reapertura de la frontera”.


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Antes del cierre en 2015, más de 3.500 comercios estaban activos y según Isabel Castillo, presidenta de la Cámara de Comercio en San Antonio del Táchira, habían 335 inscritos entre industria, comercio y servicios. Después del cierre bajó a 250 y a la fecha solo hay 134, de los cuales solo el 50% ha cumplido con el pago. “La reapertura no cumplió con las expectativas que teníamos”.

Hoy en día la frontera luce desolada, incluso abandonada, desmejorando la calidad de vida de sus ciudadanos.

De esta, que era conocida como una de las fronteras más dinámicas en América Latina, porque el intercambio comercial rondaba los 7 mil millones de dólares, hoy no es ni la sombra.

Entre 2015 y 2019, el cierre comercial fue de un 85% y en la parte industrial un 92%. Ahora, no hay mucha diferencia, un 80% sigue cerrado.

“Ese 20 que está laborando, está trabajando con un 30% de operatividad porque también hay muchas fallas, empezando con la ausencia de mano de obra calificada”, explicó la presidenta.

Castillo explicó que la mano de obra es escasa, muchos que eran colombianos decidieron retornar a su país y quienes son de Venezuela prefirieron migrar, pues el salario no les alcanza ni para sus necesidades básicas.

La fuga del talento humano hacia Colombia por una mejor remuneración salarial perjudicó el sistema de producción al que estaban acostumbradas las fábricas, desde el obrero hasta el profesional decidió salir del país.

En importación y exportación, a las personas todavía les parecer mejor transitar por las trochas, aunque es peligroso, pagan menos y evitan los controles.

Casi toda la materia prima e insumos vienen de Colombia.


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