No había pasado ni siquiera un mes desde que Carlos Mario Escobar Ruiz salió de la cárcel, tras cumplir una condena de dos años y un mes por tráfico de estupefacientes, cuando se conoció la noticia de su asesinato.
En la entrada a la invasión Paz y Futuro, justo a un costado del anillo vial occidental, quedó el cuerpo sin vida del hombre luego de recibir dos balazos.
Los disparos que escuchó la comunidad el martes, a eso de las 8:30 de la noche, anunciaban que la muerte había rondado otra vez por ese sector.
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Cuando salieron a verificar lo que había sucedido, se encontraron con el cadáver tendido en el suelo, por lo que no les quedó de otra que alertar a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
Minutos más tarde, la llegada de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) confirmó que el arma que utilizaron habría sido una pistola, pues en el lugar de los hechos encontraron dos vainillas percutidas, además del celular de la víctima.
En la oscuridad
Se pudo conocer que Carlos Mario llegó hasta ese sector y, por varios minutos, esperó a alguien en medio de la oscuridad.
De un momento a otro, dos hombres que se movilizaban en una motocicleta Suzuki GN 125, negra, lo abordaron y, sin mediar palabra, le empezaron a disparar, logrando propinarle los dos tiros. Tras cometer el hecho, los pistoleros huyeron con rumbo al anillo vial, logrando perderse entre el tráfico.
Por una llamada
Sobre Escobar Ruiz nadie conocía nada pues no pertenecía a ese sector ni tampoco lo habían visto merodeando el sitio. Lo que generó curiosidad en las autoridades.
Aunque en el lugar de los hechos no había cámaras de seguridad que permitieran esclarecer el crimen, las dos vainillas que se encontraron y el celular de la víctima, serán claves en la investigación.
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Al parecer, Carlos Mario fue citado en ese sitio a través de una llamada telefónica.
Tenía antecedentes
Cuando se adelantó la inspección técnica y el levantamiento del cadáver, a la víctima le encontraron la boleta de excarcelación que indicaba que el pasado 9 de julio había salido de la Penitenciaría de Cúcuta.
En su prontuario reposan por lo menos diez anotaciones judiciales por el delito de tráfico de estupefacientes; 4 en 2021 y 6 más en 2022.
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